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Medio ambiente

Las ciudades que vuelven a mirar a sus ríos

  • La exitosa renaturalización del Manzanares, en Madrid, ha impulsado planes similares por toda España
  • Ecologistas en Acción defiende que estos proyectos devuelven una biodiversidad perdida y "mejoran la calidad de vida"

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Una madre y su niña observan los patos a orillas del Río Manzanares, en Madrid
Una madre y su niña observan los patos a orillas del Río Manzanares, en Madrid

Ríos ocultos, enterrados, con cauces de hormigón o con presas para imitar los grandes cauces europeos. La mayoría de ciudades españolas han vivido de espaldas a sus ríos durante décadas, o incluso los han visto "como una molestia", como denuncia a RTVE.es Santiago Martín Barajas. Este activista de Ecologistas en Acción fue el principal impulsor de la renaturalización del Manzanares, en Madrid, un antes y un después en la percepción social de estos espacios.

En la capital, este proyecto que comenzó en 2016 reabrió las distintas compuertas que estancaban el agua y que disfrazaban a este pequeño río mediterráneo de un Sena o un Danubio. Las primeras consecuencias llegaron "a una velocidad de pasmo" y sin necesitar llevar a cabo muchas otras actuaciones que estaban previstas, según cuenta Barajas: en pocos años se recuperó el bosque de ribera autóctono y también reaparecieron animales como las nutrias, que se han vuelto a ver en la zona más urbana del río 50 años después de su desaparición.

"Esperábamos que pasara esto, pero nunca pensamos que iba a ser tan rápido. Hay árboles que tienen ya 15 metros de altura. El río como está ahora como pensábamos que estaría dentro de cinco o siete años", subraya Barajas, militante desde hace 40 años y uno de los pioneros del ecologismo en España.

El éxito de este proyecto, impulsado por la anterior alcaldesa, Manuela Carmena, y que cuenta con el respaldo unánime de todos los partidos del ayuntamiento, ha impulsado a Ecologistas a presentar una docena de planes similares para recuperar estos espacios naturales y además "mejorar la calidad de vida de las personas", siguiendo el ejemplo de otras ciudades fuera de nuestras fronteras, como Seúl, Los Ángeles o Múnich. Ya está en marcha la renaturalización del Río de Oro en Melilla, mientras que otros, como el del río Piles en Gijón o el Vinalopó en Elche, se están comenzando a tramitar en las administraciones y "tienen buena pinta", según Barajas.

Manzanares (Madrid)

No fue el primer plan de rehabilitación de los ríos en España. Antes se habían adelantado el Arlanzón en Burgos o el Bernesga en León. Pero su rápida transformación supuso un impulso a los planes de renaturalización. El agua estancada por las presas instaladas en los años 50, "oscura y maloliente" según el informe elaborado por Ecologistas en Acción, dejó paso a un caudal cambiante y natural, donde ha resurgido una gran biodiversidad.

La apertura de las presas entre Puente de los Franceses y el Nudo Sur...

...permite que el Manzanares vuelva a fluir de manera natural a su paso por Madrid.

Se volvió a ver el fondo del río y aparecieron arenales en los que crecieron sauces o chopos. Las especies invasoras dentro del agua, como las carpas o los lucios, dejaron paso a otras autóctonas, como barbos o gobios. Pero el impacto se aprecia sobre todo en las aves: la garza real, el Martín pescador o garzas reales, junto con alrededor de 90 especies más, han encontrado en la ribera del río su hogar, tanto permanente como de paso.

El Manzanares en 2010, antes de su renaturalización, con el agua estancada por varias presas para imitar un gran caudal

El Manzanares en 2010, antes de su renaturalización, con el agua estancada por varias presas para imitar un gran caudal EFE/J.L. Pino

El río Manzanares a su paso por Madrid, poco después del inicio del proceso de renaturalización en 2016

El río Manzanares a su paso por Madrid, poco después del inicio del proceso de renaturalización en 2016 EFE/Álvaro Calvo

"Donde ahora mismo no hay nada, que tú tengas un bosque de ribera y un río que corra limpio es una mejora ambiental más que notable. Pero tiene un componente social más importante: es el río que ven casi a diario durante buena parte de su vida miles de personas", resalta Barajas, quien ahora organiza visitas a la fauna y flora local recuperada en el Manzanares.

El ecologista e ingeniero agrónomo cree que este es un ejemplo de la capacidad de resiliencia del medio ambiente. "En cuanto levantas el pie de la naturaleza, esta se dispara, sobre todo en los ambientes húmedos", asegura.

Río de Oro (Melilla)

Para encontrar el único proyecto ya en marcha tras el de Madrid hay que mirar a África. El Río de Oro, que nace en Marruecos y desemboca en Melilla, se encontraba antes del inicio de las obras especialmente degradado. En el cauce, seco buena parte del año y encajonado por muros de hormigón, se acumulaba la basura, una situación similar a la del arroyo Farhana, también en la ciudad.

El Río de Oro a su paso por Melilla, encauzado entre hormigón

El Río de Oro a su paso por Melilla, encauzado entre hormigón Santiago M. Barajas/Cedida

El Ministerio de Transición Ecológica aceptó el plan de Ecologistas y en 2019 inició unas obras que incluyen la eliminación de especies exóticas –cañas y eucaliptos-, la creación de senderos peatonales y ciclistas en las riberas o la eliminación de vertidos. La organización pide ir más allá y recuperar un caudal mínimo, como el que tenía el cauce hace un siglo y que perdió por la sobreexplotación.

Piles (Gijón)

Es otro de los proyectos con "buena pinta", según Barajas. Actualmente, más que un río cantábrico, se parece más a un "canal homogéneo encauzado entre muros de hormigón". Las aguas están gravemente contaminadas y han llevado a vertidos en la playa de San Lorenzo, como los que en 2019 provocaron la aparición de cientos de peces muertos en la orilla.

La renaturalización del Piles, en Gijón, supondría la apertura de compuertas y la eliminación de un "anillo navegable" artificial.

El plan que presentó Ecologistas para restaurar el río ha recibido el visto bueno del Ayuntamiento de Gijón, que pretende iniciar las obras el año que viene con fondos europeos y de la Vicepresidencia de Transición Ecológica. El plan, eso sí, no ha llegado libre de polémica. Clubes de piragüismo que utilizan un canal artificial del río, que desaparecería con la restauración, han lanzado una campaña para que se mantenga el llamado "anillo navegable".

Vinalopó (Elche)

En una de las zonas más áridas de España, en Elche (Alicante), el río Vinalopó circula por un cauce de hormigón completamente artificial. "Normalmente quitar hormigón les pone [a las administraciones] muy nerviosas, es como una especie de religión", se queja Barajas.

La construcción de este tipo de infraestructuras viene de una época pasada, cuando "se percibía el río como un desagüe de aguas sucias y un lugar de vertido de residuos que convenía ‘limpiar’, y no como un ecosistema vivo con unas funciones ecológicas y paisajísticas que se deben preservar", señala el informe de Ecologistas.

El río Vinalopó a su paso por Elche, encauzado en una solera de hormigón y altos muros

El río Vinalopó a su paso por Elche, encauzado en una solera de hormigón y altos muros Ecologistas en Acción/Cedida

El proyecto para rehabilitar el río, que cuenta con el apoyo del Ayuntamiento de Elche y de la Generalitat valenciana, ya está en estudio con el objetivo, entre otros, de recuperar su caudal ecológico.

Genil y Darro (Granada)

Son dos de los ríos más alterados artificialmente, hasta el punto que Barajas utiliza el segundo de ellos como ejemplo de cómo no hay que hacer las cosas. "En su día las ciudades se pusieron al lado de los ríos por los servicios que daban, pero llegó un momento a mediados del siglo XX que parecía que molestaban y se empezó a enterrarlos en el sentido literal de la palabra. El Darro va por debajo de la calle, lo que desde el punto de vista hidrológico es un error y un peligro".

El Darro, que ofrece, entre la Alhambra y el Albaicín, una de las estampas más emblemáticas de la ciudad, desaparece de la vista en cierto punto del centro de Granada para unirse más tarde al Genil. Este otro río, que nace en Sierra Nevada, presenta un aspecto "lamentable y poco acorde con lo que debe ser un elemento vivo y vertebrador" a su paso por la ciudad nazarí, según Ecologistas.

En Granada, el Darro queda soterrado a partir de este punto. Un "error y un peligro", según Ecologistas en Acción.

Además, este tramo del río Genil está encauzado y tiene agua estancada.

Encauzado entre altos muros y con un suelo de hormigón, está embalsado por varias compuertas y convertido artificialmente en un río de aguas bravas en un tramo. La vegetación, de cañas y adelfas, entre otros, es invasora, por lo que el proyecto de la asociación ecologista pretende plantar especies autóctonas y crear un espacio más natural.

La corporación municipal granadina no ha sido especialmente receptiva al plan de Ecologistas, que por el momento tampoco ha prosperado en otras ciudades como Málaga. Aquí, el Guadalmedina es "un ecosistema herido y un eje de deterioro estético en el seno de la ciudad". Barajas lamenta que se haya ignorado el plan que presentó el grupo ecologista local, de 4,5 millones de euros y el ayuntamiento haya decidido impulsar otro de más de 250 millones. "Nuestros proyectos se caracterizan por ser baratos", defiende.

Besòs (área metropolitana de Barcelona)

Fue considerado durante años el río más contaminado de Europa. Sufrió la expansión urbana e industrial del área metropolitana de Barcelona hasta que en los años 90 se acometió una profunda rehabilitación. Se creó el Parque Fluvial, del que disfrutan los vecinos de la capital catalana y otras localidades como Sant Adrià del Besòs o Santa Coloma de Gramanet, pero el río sigue lejos de ser un cauce natural.

El río Besòs, antes uno de los ríos más contaminados de Europa y donde ya se llevó a cabo una primera renaturalización

El río Besòs, antes uno de los ríos más contaminados de Europa y donde ya se llevó a cabo una primera renaturalización Santiago M. Barajas/Cedida

Encauzado por muros de hormigón de cuatro metros de altura, el Besòs no puede discurrir con un trazado sinuoso y con meandros, lo que haría de modo natural. Además, sus orillas están infestadas de especies invasoras como la caña, que el proyecto de Ecologistas se plantea erradicar.

Además de estos proyectos, Vigo ha comenzado a restaurar las riberas del río Lagares para crear sendas fluviales, mientras que Ecologistas ha presentado nuevos planes para el Francolí, en Tarragona, el Isuela, en Huesca, o el Zapardiel, en Medina del Campo. Algunos de ellos con más éxito que otros, ya que, según lamenta Barajas, "en este país todo cuesta mucho, pero ahí vamos".