Haciendo dinero con la fotosíntesis

Rancho Suelo Vivo_Foto por Martin Buen Viaje

Por Diana Hoogesteger

Durante muchas décadas, los que nos preocupamos por el medio ambiente hemos estado peleados con la ganadería. Y con razón, el manejo convencional, así como el pastoreo libre, son agentes irrefutables de la erosión y desertificación. Añadido a esto hay que mencionar la alta densidad de granos y alfalfas que se producen para su mantenimiento, y la enorme cantidad de agua y suelo destinados a este propósito. 

Pero las vacas, cabras, borregos, gallinas y ovejas no son el problema; el problema es cómo los manejamos nosotros los humanos. 

Si nunca han escuchado la plática de TED de Allan Savory 2013, se las dejamos de tarea. Este hombre ha ayudado a cambiar totalmente la comprensión y la forma de cómo debemos trabajar con los animales de granja, para, en lugar de crear desertificación, devolver la capa fértil y los suelos vivos al planeta. 

Cambio climático, falta de agua, escasez de alimentos nutritivos y la alta toxicidad en la que vivimos, son generados en gran parte por nuestras prácticas de producción de alimentos (vegetal y animal).  

La buena noticia es que con los mismos agentes ya se está cambiando la historia, y los productores que han adoptado prácticas holísticas y regenerativas están viendo resultados maravillosos: la producción de suelos fértiles, productividad costo-ganancia más altas, el combate a la sequía y la mejora de la salud en general. 

Visitando y entrevistando a Mario Pedraza, en la Sierra Gorda de Querétaro, por fin tuve la oportunidad de ver un rancho que practica la ganadería regenerativa. Suelo Vivo, se llama el rancho, porque ese es el resultado. Hermosamente dicho por Mario: “Yo ya no soy ganadero, soy administrador de suelos”. ¿Qué gana con eso?  Él dice: “Convertimos la fotosíntesis en dinero”. Es una labor hermosa de ganar y ganar. En uno o dos años, ha visto praderas áridas llenarse de forraje; en dos o tres años se duplica el forraje y se puede aumentar la producción. Ya no necesitan comprar alimentos suplementarios, los animales viven libres de parásitos y comen “ensalada fresca todos los días”. Son animales que viven sanos, libres de estrés, y esto se refleja en los productos. En su rancho la sequía se atrasa y las praderas se mantienen verdes la mayor parte del año.

¿Cómo funciona la ganadería regenerativa? 

Mimetizando los grandes movimientos de las manadas de rumiantes del planeta: una alta densidad de animales en espacios delimitados, cambiando de lugar diariamente. 

Mario lo explica así: “No es lo mismo 365 vacas en un lugar 1 día, que 1 vaca 365 días en un mismo lugar.” La vaca libre escoge sus alimentos y caminos y va dejando veredas, comiendo todo lo que quiere crecer, dejando la tierra pelona. La manada, estando en competencia por el alimento disponible, come de todo, podando y dejando grandes cantidades de heces y orinas, mientras amasa con sus pezuñas la tierra, dejándola suave y fértil; luego se va. La tierra fertilizada y podada descansa y las semillas germinan fácilmente trayendo nueva vida al suelo de ese lugar. (Vean la plática de Allan Savory o la película “Kiss the Ground”).

A esto le llaman pastoreo no selectivo o de rotación, y el resultado es el aumento de la capa de suelo vivo en la tierra, devolviéndole la salud: materia orgánica, minerales y materia viva. 

Esto se puede hacer con cualquier animal de granja: gallinas, cerdos, cabras o borregos. Hay que adaptarse a la geografía y extensión del lugar para mayor eficiencia, y observar los resultados. Mario primero trabajó con vacas, porque su familia a eso se dedicó toda la vida, pero al estar en laderas de montañas, vio que cabras y borregos dan mejor resultado. La manada se cambia de lugar con cercas eléctricas que son fáciles de transportar e instalar. Dependiendo del terreno disponible, hay que ver la densidad de animales y el tiempo de rotación para dar buenos resultados. 

A diferencia de la ganadería convencional o libre, este manejo requiere de planeación, observación y trabajo de pastoreo diario. Pero los resultados son pura ganancia: ganancia económica (ya no hay que comprar forrajes ni medicamentos), ganancia en productos sanos, libres de hormonas y tóxicos, ganancia en captación de agua mitigando las sequías, ganancia en que estamos regenerando la tierra en lugar de destruirla y le estamos dejando una herencia de bienestar a nuestros hijos y futuras generaciones. 

Los problemas más grandes que enfrentamos como humanidad son el cambio climático, escasez de agua y alimentos suficientes, y la pérdida de biodiversidad. La solución está debajo de nuestros pies (Kiss The Ground www.kisstheground.com), creando suelos vivos y vistiendo nuevamente a la Madre Tierra (Facebook e Instagram: Rancho Suelo Vivo), o como hacemos en Vía Orgánica con la agricultura regenerativa (www.viaorganica.org). Si no eres productor, la única manera de ayudar es apoyando a los productores que trabajan bajo estas prácticas, y dejando de consumir alimentos que destruyen al planeta. El cambio es urgente. 

Te invitamos a visitarnos en el rancho Agroecológico de Vía Orgánica, aquí en San Miguel de Allende, para que veas los trabajos de restauración de suelos en zonas áridas con el proyecto “1 Billón de Agaves”, nuestro vivero de mezquites y árboles endémicos, y la granja regenerativa con gallinas, patos, gansos, puercos y el pastoreo de cabras y borregos. Te esperamos de lunes a domingo, de 8am a 6pm, camino a Querétaro, desviación a Jalpa km 9, El Membrillo.