El Gobierno australiano anunció el miércoles que ofrecerá vuelos a sus ciudadanos atrapados en la ciudad de Wuhan para ser puestos en cuarentena durante 14 días en la isla de Navidad en un polémico centro de detención de migrantes. Pero el traslado no será gratuito. Cada persona que desee ser trasladada a la isla tendrá que pagar 1.000 dólares australianos (610 euros), según informa The Sydney Morning Herald.
Cuando acabe la cuarentena, serán conducidos a la ciudad de Perth, en la costa oeste del país, desde donde los rescatados tendrán que pagarse el regreso a sus domicilios. Esta urbe es conocida por ser una de las metrópolis más aisladas del mundo, con la siguiente ciudad más cercana (Adelaida) a más de 2.100 kilómetros de distancia. “No puedo limpiar un hospital en Sídney o en Melbourne para aislar a las personas”, dijo ayer en defensa de la medida el ministro del Interior australiano, Peter Dutton.
La isla de Navidad es conocida por albergar un centro de detención de inmigrantes muy criticado por organizaciones de defensa de los derechos humanos como Amnistía Internacional. Abierto en 2008 y cerrado en octubre de 2018 (fue reabierto en 2019), este centro ha sido el escenario de revueltas, suicidios y escenas de automutilaciones, debido a las duras condiciones a las que son sometidas las personas retenidas allí. Muchos de los que pasaron por allí eran menores de edad.
Desde 2013, año en que accedió al poder la Coalición (una unión de partidos de derechas), la política de migración australiana se ha basado en repeler sistemáticamente a todos aquellos inmigrantes ilegales que intentaban llegar a sus costas. Una vez interceptados, los migrantes eran trasladados a la isla de Navidad y a otros centros situados fuera de Australia. Actualmente, en la isla de Navidad solo vive una familia de cuatro personas (una pareja procedente de Sri Lanka con dos niñas nacidas en Australia), que según informa The Guardian, no ha sido avisada de los planes del Gobierno. La familia fue detenida en 2018 en su casa en el Estado de Queensland, porque había expirado su visa el día anterior. Desde su reapertura en febrero de 2019, el centro donde trabajan 109 personas y hay cuatro detenidos le ha costado al Estado 16,3 millones de euros.
Algunos de los australianos que se encuentran en Wuhan ya han mostrado su rechazo al plan de Morrison. “Muchos dijeron que no pueden aceptarlo (…) Después de todo, muchos chinos-australianos sabemos qué tipo de lugar es la isla de Navidad”, ha dicho Moko Yong, una de las personas atrapadas, en declaraciones al medio local The Age.
“Estamos enfocados en los más vulnerables, sobre todo en los bebés y los ancianos. Esa sería nuestra prioridad en cualquier operación que podamos implementar”, explicó el miércoles el primer ministro australiano Scott Morrison cuando anunció el plan de evacuación. Desde el Ejecutivo recalcaron que la operación todavía tiene que ser acordada con las autoridades chinas. Actualmente, hay 600 ciudadanos australianos atrapados en la provincia de Hubei.
“Nos estamos moviendo muy, muy rápidamente para asegurarnos de que podamos armar este plan y llevar a cabo la operación”, añadió Morrison después de insistir en que los que deseen aceptar la ayuda deben decidirse rápido. Por su parte, la primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, aseguró que están trabajando para que también puedan ser evacuados los ciudadanos neozelandeses atrapados en Wuhan.
