The Wayback Machine - https://web.archive.org/web/20190812151717/https://elpais.com/diario/1996/02/05/radiotv/823474802_850215.html
Entrevista:

"En general, los niños son plato de segundo orden para las televisiones"

Matemáticas y literatura. En Programa más o menos multiplicado o dividido, el espacio infantil que Canal + estrena hoy, su director, Miquel Obiols, juega con los contenidos, los signos y los personajes. Incluso juega con los juegos; basta una ojeada al tablero de tres en raya sobre el que este creador ha situado las iniciales del título del programa. Todos los contenidos del espacio son susceptibles de aumentar, disminuir y llegar reproducirse hasta el infinito.Obiols ha dividido el programa -cuyo contenido se emite en parte en codificado- en tres espacios, cada uno de ellos dirigido a abordar una faceta del mundo del niño. Con Poliéster y Plexiglás, el primero de estos apartados, la intención es incidir en la parte más fantástica e imaginativa; Cosas de niños, el segundo, se centra en el mundo de la realidad; y Basura, el tercero, pretende provocar la creatividad y la creación. Cuando se le hacen notar los parecidos que tiene Poliéster y Plexiglás con Pinnic, el programa qué creó para Televisión Española, Obiols se defiende: "El mundo de Pinnic era un mundo de imágenes y el de Poliéster y. Plexiglás es un mundo del cine, de dos personajes que nacen de un fotograma en blanco y negro".

Otras diferencias separan el trabajo actual del equipo de Obiols en Canal + del que llevaban a cabo en TVE. "Ahora tenemos a nuestra disposición unas herramientas tecnólogicas muy sofisticadas, y eso en TVE sería imposible". Fiel a su línea desde hace muchos años, Obiols considera que bautizar Cosas de niños al espacio donde los niños utilizan su propio lenguaje para explicar cosas no es más que un guiño a los espectadores que ya le seguían cuando estrenó Juego de niños en TVE. "Si se analizan, los títulos de los programas dan la clave: en Cosas de niños, los niños explicaban el mundo de los adultos, desde lo que pensaban del amor hasta cómo veían a Rocío Jurado. Cosas de niños son historias propias, donde ellos explican su propio mundo", argumenta.

"Siempre he creído en lo que he hecho", afirma Obiols, "pero Televisión Española es una maquinaria grande, muy grande y todo va muy lento". Durante un año, el equipo de Programa más o menos multiplicado o dividido se ha dedicado a poner en marcha este proyecto de Canal +. "Ésta es una televisión pequeña, y todos saben lo que tienen que hacer y se preocupan de ello", compara el director. Obiols aclara que no hubo ningún problema con TVE, que lo único que sucedió es siempre está cavilando, pensando en algo nuevo. "Siempre tengo algo en la carpeta y necesito crear algo diferente. Supongo que necesito un cultivo determinado para que estas cosas puedan salir. Y si no salen, me siento frustrado. Ahora me encuentro en un cultivo donde puedo dar salida a cosas que me apetecía poner en marcha".

Uno de sus experimentos en Programa... es Basura, una propuesta audiovisual que supone una novedad en el panorama televisivo mundial "totalmente exportable, porque se trata de imagen y música, de que los niños nos envíen lo que pueden hacer con los deshechos". Miquel Obiols, de 50 años, cree que la basura es, junto a la inmigración, uno de los problemas más importantes de nuestro final de siglo y constata que, además, "artistas, creadores e innovadores están utilizando residuo, deshechos o desperdicios en sus obras".

"En las televisiones existe un retorno a las fórmulas conocidas y probadas. No hay demasiada innovación", opina. Inventar cosas cuesta dinero y esfuerzo y no sé si las cadenas están dispuestas a hacerlo, sobre todo cuando viejas fórmulas siguen teniendo audiencia y siendo rentables. Innovar para niños cuesta más porque, en general, son plato de segundo orden para las televisiones".

Sobre la legislación que protege a la infancia de los contenidos televisivos, este escritor de literatura infantil opina que es necesaria. De hecho, han creado un código deontológico en Cosas de niños "Para no utilizarles, ni a su entorno ni a su historia, ni manipularlos, ni convertir lo que nos cuentan en un reality show. Con los niños y las niñas hay que ser muy respetuosos ".

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 5 de febrero de 1996

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