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Informaci�n general  INFORMACI�N GENERAL - DATOS ESTAD�STICOS

La informaci�n que aparece a continuaci�n est� extra�da del cuaderno de informaci�n 1.1:
Rese�a Hist�rico Social del Protestantismo espa�ol.
2.1.- N�MERO DE FIELES
El protestantismo en Espa�a presenta una configuraci�n institucional y humana muy variada, sin que ello sea un obst�culo para la adscripci�n a una misma fe. Las diferentes iglesias adheridas a la Reforma constituyen una sola confesi�n religiosa y no muchas religiones diferentes.

Actualmente, en Espa�a, hay aproximadamente 1.200.000 protestantes.

Esta cifra se obtiene mediante la suma de los siguientes colectivos:

  • 400.000 personas (la gran mayor�a espa�oles, que se congregan habitualmente en las iglesias evang�licas. La mitad de esta cifra corresponde a miembros comulgantes de iglesias evang�licas y la otra mitad conforman la llamada "zona de influencia" que corresponde a hijos de protestantes y otros asistentes o simpatizantes que no se han comprometido formalmente como miembros practicantes.
  • 800.000 protestantes comunitarios y extracomunitarios residentes en Espa�a m�s de seis meses.
    • Ciudadanos de la Uni�n Europea. De esta cifra, al menos 700.000 o 750.000 son ciudadanos pertenecientes a la Uni�n Europea. El grado de involucraci�n social y religiosa de este colectivo es manifiestamente mejorable, aunque en los �ltimos a�os se est� favoreciendo la integraci�n de los ciudadanos comunitarios en la vida religiosa, social y pol�tica de nuestro pa�s. Son ejemplo de ello el derecho de voto en las elecciones municipales y europeas. Merece la pena destacar tambi�n el intento de mejorar la atenci�n religiosa a este colectivo que protagoniz� Manfred Kock, Presidente de la Iglesia Evang�lica Alemana (Evangelische Kirche in Deutschland -EKD-) quien visit� Espa�a en abril de 1999 para, entre otros asuntos, interesarse y estudiar la situaci�n y las necesidades de asistencia religiosa y la atenci�n pastoral de los trescientos o cuatrocientos mil alemanes de confesi�n evang�lica o protestante que resid�an habitualmente en nuestro pa�s.
    • Residentes extracomunitarios residentes en Espa�a. La mayor�a de este colectivo pertenece a pa�ses de Am�rica Latina y en segundo t�rmino a pa�ses europeos no comunitarios, de Asia y �frica.
2.2.- N�MERO DE PARROQUIAS Y TASAS DE CRECIMIENTO DE LAS CONGREGACIONES EVANG�LICAS
En Espa�a hay m�s de 2000 congregaciones locales de confesi�n evang�lica o protestante y diferentes entidades de car�cter religioso, ben�fico, cultural y asistencial repartidas en toda la geograf�a espa�ola.

Durante las �pocas de tolerancia o libertad religiosa el crecimiento num�rico del entorno evang�lico se ha visto favorecido, tal y como muestra el siguiente cuadro aproximativo:

A�O CONGREGANTES
EVANG�LICOS
POBLACI�N
1.874 4.000 16.000.000
1.887 10.000 17.500.000
1.932 22.000 24.000.000
1.939 7.000 26.000.000
1.960 40.000 31.000.000
1.980 100.000 37.000.000
1.990 200.000 39.000.000
2.000 350.000 40.000.000
2.004 400.000 42.000.000
No disponemos de datos sobre la evoluci�n de la residencia en Espa�a de la poblaci�n protestante extranjera que reside m�s de seis meses en nuestro pa�s.

2.3.- IMPLANTACI�N TERRITORIAL
La llamada Segunda Reforma enraiz� especialmente en zonas rurales y costeras, teniendo poco acceso a las minor�as privilegiadas econ�mica y socialmente, que estaban en armon�a con la Iglesia Cat�lica. Los primeros focos de desarrollo del protestantismo de este tiempo fueron Gibraltar (por razones obvias, y que influy� en Andaluc�a, especialmente en Sevilla y M�laga.), las bien comunicadas zonas costeras del Levante espa�ol (en especial Valencia, Murcia y Baleares), Catalu�a (sobre todo Barcelona), Galicia y Madrid como capital de Espa�a y ciudad cosmopolita.

Las Comunidades Aut�nomas que m�s evang�licos tienen son las de Catalu�a y Madrid (con unos 40.000 cada una de ellas), seguidas de Galicia, Comunidad Valenciana y Andaluc�a.

En la actualidad las mayores concentraciones est�n en las ciudades costeras y en Madrid; y s�lo es notable la presencia evang�lica en los �mbitos rurales de Ja�n, Pontevedra y Valencia, consecuencia de los focos de desarrollo del protestantismo con el inicio de la llamada Segunda Reforma, que antes se mencionaron.

Existe presencia evang�lica y lugares de culto en todas las ciudades de m�s de 20.000 habitantes y en la gran mayor�a de poblaciones con m�s de 15.000 habitantes

2.4.- EXTRACCI�N SOCIAL 
Este aumento ha ido unido a un crecimiento m�s arm�nico entre todas las clases sociales En los inicios de la denominada primera y segunda reforma en Espa�a (S. XVI y segunda mitad del XVIII) exist�a una clar�sima preponderancia de clase alta y personas de gran cultura e ilustraci�n verbigracia: Juana III de Albret-Labrit, Reina de Navarra, Constantino Ponce de la Fuente -Presb�tero de la Corte de Carlos V y predicador de la catedral de Sevilla), Luis Usoz y R�os (adinerado investigador y editor de obras protestantes).

En la actualidad, junto a la existencia de asociaciones profesionales de evang�licos (asociaciones de m�dicos, polic�as, universitarios, etc.) existe una composici�n de la poblaci�n evang�lica es mayoritariamente de clase media.

2.5.- DIFUSI�N ENTRE LOS GITANOS
Menci�n aparte merece el pueblo gitano, en el que se ha producido un movimiento evang�lico, aut�ctono que ha conseguido una gran implantaci�n (150.000). Entre el 10 y el 15 por ciento de los gitanos son evang�licos quienes trabajan por una mejora integral de este colectivo.

2.6.- PROPORCI�N DE HOMBRES Y MUJERES
Seg�n un estudio realizado por el escritor e historiador Gabino Fern�ndez, la proporci�n de hombres y mujeres en la iglesia evang�lica actual es de 43�43% y 56�57% respectivamente (en la poblaci�n general es de 49 % y 51%, y en la iglesia cat�lica de 35% y 65%, siempre en el mismo orden).

2.7.- ACTIVIDAD DE LAS CONGREGACIONES
Las congregaciones evang�licas tienen en com�n los siguientes tipos b�sicos de actividades religiosas:

  • El estudio de la Biblia. Este es un aspecto fundamental de las Iglesias. La ignorancia de la Palabra de Dios es la que ha producido un cristianismo light, d�bil y poco comprometido con Dios y la sociedad. En las Iglesias Evang�licas hay estudios b�blicos sistem�ticos, como m�nimo una vez por semana. Esto ayuda a fortalecer la fe y el car�cter de los fieles.
  • El culto dominical es un encuentro de toda la congregaci�n que se re�ne en torno a la alabanza y la adoraci�n mediante oraciones y el canto congregacional. La predicaci�n del Evangelio, la exhortaci�n y la oraci�n son piezas fundamentales, as� como la celebraci�n de la Santa Cena o Comuni�n que tiene lugar con la participaci�n de la congregaci�n de las dos especies, pan y vino.
  • El culto de oraci�n es parte fundamental de las Iglesias. En �l se comparten, experiencias y necesidades propias de la Iglesia, pero a la vez se ora por las autoridades del pa�s, por las necesidades sociales que tiene nuestro mundo, por los enfermos, v�ctimas del terrorismo etc.
  • Las actividades de proclamaci�n del Evangelio son variadas, pero b�sicamente se trata de presentar el Evangelio de Jesucristo mediante el testimonio personal, obras de teatro, charlas y conferencias, grupos musicales etc.
  • Obras caritativas y ayudas sociales. Como expresi�n del compromiso pr�ctico de la fe, ya que seg�n el Ap�stol Santiago, "la fe sin obras es una fe muerta". De ah� que las Iglesias locales tengan programas de obra social para atender a su entorno inmediato y a la vez colaborar con programas en el �mbito nacional o de su propia Comunidad Auton�mica: Centros de rehabilitaci�n de drogadictos, marginados, hogares de ancianos, hogares infantiles, centros m�dicos y hospitales evang�licos y eventualmente planes de emergencia para ayudas puntuales en Espa�a y zonas necesitadas del mundo.
2.8.- PRINCIPIOS DE LA DOCTRINA PROTESTANTE
Las tres columnas b�sicas de la Reforma son: Solo la fe, Solo la Gracia y Solo la Escritura. Mediante estos tres principios se trata de enfatizar que la salvaci�n es un regalo de Dios que se obtiene por fe. La autoridad �nica de la Iglesia est� basada en la Palabra de Dios. Ella es nuestra �nica norma de fe y conducta y a sus principios debemos ajustar toda nuestra vida y acciones.

2.9.- RELACION CON OTRAS CONFESIONES. BASES DE CONVIVENCIA RELIGIOSA
2.9.1.- Relaci�n con otras confesiones
Existe una buena relaci�n en lo personal con los representantes de las confesiones cat�lica, jud�a y musulmana y especialmente entre las tres confesiones minoritarias que negociaron conjuntamente sendos Acuerdos de Cooperaci�n con el Estado. Hay invitaciones mutuas a diversos actos, y un respeto y tolerancias exquisitos.

La actividad conjunta interconfesional, sin embargo es bastante reducida. Algunas Iglesias no obstante presentan un mayor inter�s en las relaciones interreligiosas y ecum�nicas.

Con respecto a la Iglesia Cat�lica diremos que el Catolicismo y el Protestantismo son dos concepciones religiosas con un documento com�n, que es la Biblia; con un fin com�n, que es el bienestar espiritual de las personas; pero con posturas y pensamientos claramente diferenciados.

La casi totalidad de los evang�licos espa�oles consideran positivo un ecumenismo entendido como uni�n espiritual en Cristo (a cuya Iglesia pertenecen todos los creyentes) y un di�logo en respeto y tolerancia orientado al di�logo teol�gico y al bien com�n enfatizando especialmente la acci�n a favor de los desfavorecidos.

2.9.2.- Bases de convivencia religiosa 
La convivencia y el pluralismo religiosos no son cuestiones opcionales o de segunda importancia para Espa�a o para el resto de las naciones. Un futuro m�s estable de la raza humana solo puede pasar por una convivencia pac�fica de naciones, etnias culturas y religiones. Siguiendo a H. Kung no hay futuro sin paz social y religiosa. Y estas no llegaran sin di�logo inter-religioso y social.

El paso de una cultura que hist�ricamente nos ha llevado (salvo honrosas excepciones) por oscuros caminos de enfrentamiento, de intolerancia religiosa y de olvido o indiferencia de las minor�as religiosas a otra cultura de convivencia religiosa �tnica y social que pueda ser enriquecedora socialmente, requiere importantes esfuerzos tanto en las Confesiones Religiosas como en los gobiernos de los Estados.

Hemos de reconocer que nos queda mucho por andar en toda esta materia, por ello creemos que es necesario reconocer con independencia de lo que digan las leyes en donde estamos realmente y todo lo que nos falta por andar, para luego confesar nuestra culpa y afianzar nuestro compromiso por cambiar de actitud, abandonar los resquicios de intolerancia y emprender nuevos pasos o caminos que nos lleven hacia los esperanzadores campos del respeto y la convivencia religiosa, la cual sin duda facilitar� el pluralismo y convivencia en otros �mbitos como son el social, pol�tico y cultural.

Seguidamente exponemos desde los principios del respeto y el di�logo el desarrollo de unas bases de convivencia interreligiosa aplicables tato en el �mbito nacional como internacional.

1.- Respeto.
El respeto al menos deber�a extenderse a las diferentes �reas que tienen que ver con la aceptaci�n del pluralismo del religioso.

- Derecho a la identidad propia como religi�n.
- Conocimiento del otro. De sus peculiaridades y diferencias. Muchas de las afrentas de una y otra religi�n est�n basadas en un conocimiento deficiente, sesgado o incluso partidista o caricaturizado.
- Tolerancia y espacio vital. Es decir reconocer las fronteras de la idiosincrasia propia de la otra religi�n o cultura y permitir un espacio para su libre desarrollo.
- Renuncia a imponer la confesionalidad pol�tica y/o social en un determinado pa�s o regi�n. Existe confesionalidad pol�tica o legislativa cuando una religi�n mediante ley es la oficial de un estado. La confesionalidad social es m�s sutil y podr�amos definirla como los esfuerzos de una determinada confesi�n o grupo pol�tico para monopolizar la vida p�blica religiosa de un determinado pa�s o regi�n, dificultando a otras religiones el acceso a la esfera p�blica de la colectividad.
- Libertad religiosa y de conciencia. Defender como un principio religioso com�n, la libertad de los individuos o las colectividades para que estos elijan para s� y para sus hijos la religi�n o la creencia (que incluye la ausencia de creencia religiosa) que est� m�s de acuerdo con sus propias convicciones permiti�ndoles vivir publicar y en su caso practicar su religi�n tanto en el �mbito privado como en el colectivo y p�blico.

2.- Di�logo.
El di�logo debe ir orientado entre otras cuestiones hacia aquellas que permitan el examen y la mejora tanto dentro de cada grupo religioso como entre las diferentes confesiones religiosas de diferentes aspectos como los que seguidamente se expresan:
- La supervisi�n de la vigencia y mejora de las �reas antes citadas que implican el respeto del otro hacia sus diferencias y peculiaridades, la tolerancia para su desarrollo, la garant�a de un espacio o condiciones para el libre desarrollo y la libertad religiosa y de conciencia, tanto a nivel individual como colectivo o social, la lucha contra el monopolio religioso a nivel pol�tico y representativo, etc.
- Renunciar a la f�rmula tan com�n en la actualidad de ignorar (cuando no es hostigar) a las minor�as en el pa�s de origen y fomentar el di�logo y la colaboraci�n a nivel internacional. Es decir promover dentro de cada confesi�n religiosa que la misma actitud se tenga cuando se est� en minor�a que cuando se est� en mayor�a
- Promover la libertad religiosa y procurar la remoci�n de obst�culos que impiden el libre desarrollo de cada grupo religioso.
- Procurar integrar, social y culturalmente, los aportes y valores que cada religi�n realiza y que enriquecen la cultura de una determinada sociedad.
- Procurar desde la esfera religiosa promover un clima de entendimiento de los pueblos y de paz social tanto en el �mbito de cada Estado o comunidad como dentro de las mismas.
- Procurar el aislamiento de los integrismos religiosos que pretenden una visi�n intolerante y exclusivista de su religi�n.
- Promover la separaci�n de la Confesi�n Religiosa y el Estado.
- Promover la paulatina supresi�n de privilegios legislativos y sociales de una confesi�n sobre otra.
- Asumir como propia la defensa de los derechos humanos.
- Colaborar a favor de las causas que contribuyan a la paz, la cultura, la tolerancia la convivencia etc.
- Establecer planificaci�n de actuaciones que contribuyan a la lucha contra los males sociales como son la pobreza la marginaci�n etc.
- Comprometerse en institucionalizar f�rmulas de di�logo teol�gico e interreligioso.

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