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Artxibo rtf
(28 - 2003ko Ekaina)

¿QUÉ ES EL MLNV? (3)

 

2) ETICA REVOLUCIONARIA DEL MLNV

 

2. 1) Ser y tiempo del tiro en la nuca

Para entrar en los valores o principios éticos de los que el MLNV se hace cargo –resulta muy difícil referirse de otra manera a un movimiento revolucionario que "construye" un modelo de comportamiento ético para proseguir con una filosofía político-militar de la vida- es preciso primero comprender la naturaleza jurídica de su violencia. Y lo jurídico lo entendemos como el comportamiento que pone en práctica el ciudadano bajo las normas legales. Digamos, primeramente, que el MLNV no hace distinción de fondo entre lo jurídico, lo ético y lo político –entendiendo que todo ello, dentro del contexto de la actual sociedad, es, según el MLNV, derivación de una realidad impuesta, de la dictadura de una clase, de la clase dominante entendida en los términos marxistas de aquellos que detentan el dominio de la sociedad y el Estado/Sistema. Por ello, si el MLNV se pliega a esas distinciones lo hace en función de su estrategia de guerra popular prolongada. Nos encontraríamos así ante una organización o un movimiento ético-político-jurídico-militar.

El esquema clásico de la vieja filosofía marxista se repite de una forma modificada. Desde esta perspectiva, desde la visión que ha tenido y tiene el marxismo de lo que es el Estado, son sus aparatos de control –mediáticos, policiales, militares...- aquellos que enmarcan su dominio. Y es labor de todo grupo revolucionario disputar el monopolio del Estado en estos temas. Afirma uno de los textos oficiales de ETA:

"nos interesa la finalidad de la actividad revolucionaria, la destrucción del aparato estatal en territorio vasco. Es la finalidad principal de la actividad revolucionaria; por consiguiente, todas las demás finalidades de la lucha, tales como la euskaldunización del pueblo vasco, su formación política, su organización etc, deben subordinarse a ella". (nuestro subrayado)

El "aparato estatal" se sustenta en sus mecanismos de control directo e indirecto; decía Jon Sudupe en 1977 haciendo exégesis del pensamiento marxista: "la destrucción del aparato estatal burgués y la imposición de un aparato de estado nuevo es, naturalmente, lo que constituye la Dictadura del Proletariado". No nos asustemos ante lo rancio de la palabra y el concepto, porque esconde una actualidad inquietante. La "dictadura del proletariado" constituye un eufemismo de esa labor de destrucción del estado de cosas vigente. Decía HASI, el partido dirigente del MLNV, hacia 1978:

"es insuficiente con la toma del Estado para acceder al socialismo y su plena construcción. La estrategia revolucionaria tiene que plantearse como una conquista y destrucción de ese complejo entramado institucional y no como una simple toma del Estado". (nuestro subrayado)

Son las propias estructuras "estatales" contra las cuales tiene enfilados el MLNV sus esfuerzos. Ya que son estas estructuras las que permiten la perpetuación del "sistema". Es por ello que cualquier tipo de estructura "estatal", aunque sea autonómica –como el Estatuto "estatal" de Gernika- es el principal obstáculo para el proyecto que el MLNV pretende imponer. En uno de sus últimos comunicados (marzo del 2002) decía ETA: "Euskal Herria está en crisis. Prevalecen las instituciones que no la dejan ser dueña de sí misma, y no existe la menor oportunidad de responder como ciudadanos vascos a los retos de hoy y de mañana. Los estatutos de autonomía y las estructuras institucionales vigentes hasta ahora no podrán obstaculizar el camino hacia la libertad de Euskal Herria". No se trata, pues, al estilo de los partidos políticos democráticos convencionales, que aceptan el modelo de democracia representativa occidental, de "tomar el poder" en el sentido de asentarse en las estructuras representativas del poder, sino que el MLNV tiene que destruirlo. Y destruirlo significa literalmente llevar a cabo la abolición física de las instituciones político-económico-jurídico-policiales con vistas a disputar sus funciones, a suplantarlas, frente a aquellos para los que están hechas esas instituciones: la ciudadanía de a pié. ¿Y qué función es más elevada que la de garantizar la vida y la libertad de las personas?

Cuando el MLNV aplica la pena capital contra un ciudadano lo hace en dos sentidos: 1) para incidir en una determinada función del estado, mata ertzainas y policías porque, efectivamente, disputa con ellos el monopolio de la fuerza. Decía Jon Sudupe:

"¿Qué es lo que hay que destruir? Lenin (siguiendo a Marx) insiste que el meollo del aparato del estado está formado por los aparatos de estado represivos, y, por tanto, que la revolución socialista debía de dar prioridad al ataque a los aparatos represivos". Y por ello decía HASI: "a los aparatos represivos del estado (...) es preciso oponer aparatos militares que defiendan al Pueblo y mantengan intacto el espíritu revolucionario".

Cuando el MLNV habla de "destruir al estado", habla de destruir sus funciones, su aspecto orgánico y vivo, a veces intangible, por el cual su autoridad se instala silenciosamente en los comportamientos de los ciudadanos. Ese es el poder que hay que destruir y del que hay que apropiarse. Y es tan importante lo primero como lo segundo. La estrategia del MLNV derivada de 1993, basada en la "socialización del sufrimiento" o extensión horizontal de la violencia, es una ampliación de esta visión de ataque a la función meramente policial del Estado; a partir de ahora, el MLNV va a considerar que la función política del Estado, representada por los cargos políticos y públicos de los partidos, la función jurídica del estado, representada por jueces y abogados, y la función informativa, representada por los medios de comunicación públicos y privados, también se incluyen en la esquemática del "control" que hay que destruir en tanto función estatal o sistémica.

Y 2) El ataque contra estos colectivos, tanto en un sentido de violencia asesina, llevada por ETA, como de violencia cotidiana, llevada por los grupos de kale borroka y sabotaje, posee también una función pedagógica: que las pautas de obediencia a los mandatos del MLNV se impongan a lo largo de la sociedad, en el doble sentido de que jueces, policías, periodistas hagan la vista gorda o se plieguen a esos mandatos –que el miedo o la simple presencia o potencialidad de la violencia del MLNV condicione su actuación, de tal manera que ocultamente la ley del retalión del MLNV obtenga una victoria silenciosa en sus conciencias y, por tanto, en sus actuaciones; y en el sentido en que la ciudadanía en general encuentre normal que se le impongan una serie de ritos, una serie de exacciones –léase el impuesto revolucionario, la petición de "donativos voluntarios" por diversas causas, etc- una serie de movimientos de sumisión y de aceptación naturalmente asumidos.

El "ser y tiempo" del tiro en la nuca obedece, pues, a una visión de destrucción de la ley vigente y de construcción de una ley alternativa cuya base es, precisamente, la apropiación del derecho de la libertad y de la vida de las personas como atribución originaria del Estado; si el estado de derecho derivado de la democracia representativa apela a la salvaguarda de la garantía de la vida y de la libertad de las personas, el Estado de no derecho derivado de la visión marxista-leninista del MLNV tiene que basarse en todo lo contrario: en la conculcación de la libertad y de la vida de las personas. De ahí depende su poder. Pues tomando como propia esa atribución va más allá del poder del estado vigente, atado a sus propias restricciones formales. Y de lo que se trata es de ser "más" que ese estado. Precisamente mediante la eliminación física de ciertas personas de ciertos colectivos siempre graduables, aunque el límite no exista, ya que cualquier ciudadano de cualquier sociedad de Europa Occidental, incluidos aquellos que forman parte del MLNV, están inscritos de una manera u otra en la estructura del sistema. Todos somos colaboradores potenciales y reales del sistema por lo tanto, entes eliminables. Y esta facultad no está restringida por el marco "nacional" del que toma base el MLNV para la potenciación de su estrategia: es una facultad con la que habla cara a cara con los gobiernos estatales y paraestatales de occidente.

El modelo de "construcción nacional" que propone el MLNV a partir de 1993 traduce el proceso de destrucción del modelo político y social de democracia representativa occidental a una forma "nacional". Por ello subraya ETA recientemente –y en perfecta concordancia lógica y militar con los escritos de la V Asamblea de 1966-7- en su revista Zutabe de Marzo de 2002 la importancia del...

"proceso iniciado en 1993-94 por la izquierda abertzale de cara a incidir en las líneas básicas de la construcción nacional y plantear alternativas para el conjunto de Euskal Herria. En esa reflexión político-estratégica se apostó por una estrategia nacional para lograr los fines de la independencia y el socialismo".

No olvidemos que en 1993-94 se desata la ofensiva para la "socialización del sufrimiento" que, como ya hemos relatado, constituye la ampliación del tipo de objetivos de ETA; éstos ya no serán solamente policías nacionales, guardia civiles, militares o empresarios: el tiro en la nuca y la violencia de acoso y persecución se hace extensivo también para la Ertzaintza, para los periodistas, para los jueces y abogados, para los políticos y cargos públicos del PP y del PSOE –encontrándose también los políticos y cargos públicos de EA y PNV bajo la violencia de acoso y persecución-, etc, etc. Es decir: el MLNV le da otra vuelta de tuerca más a su política de atacar a los "aparatos del estado", atacando también lo que considera que son sus agentes civiles –y no sólo militares ni policiales ni económicos-; correlativamente se lanza a un proceso de "construcción nacional" que actúa como cobertura política y como extensión civil del poder ganado ampliando el número de personas bajo el punto de mira. Y a esta ofensiva que hace tabla rasa de las vidas de decenas de personas que desde entonces han caído ETA la define como la labor de "incidir en las líneas básicas de la construcción nacional" y "una estrategia nacional para lograr los fines de la independencia y el socialismo". Eufemismos del tiro en la nuca, pasado por la cobertura de una "construcción nacional" que debe destruir nuestro autogobierno nacional. Pero es verdad que la ampliación de objetivos responde a una ambición de dominio mayor que se traduce en la puesta en marcha de un proceso de institucionalización paralelo. Dice ETA dentro del mismo texto en referencia a lo que ella misma llama "proceso de institucionalización": "queda mucho por hacer. Por ejemplo, crear un Espacio Vasco Socioeconómico para las Relaciones Laborales, una Universidad Vasca, las selecciones, el Centro de Estadística de Euskal Herria". El MLNV da por hecho la inexistencia de una "universidad vasca" en tanto que la Universidad Vasca real se encuentra gestionada por el actual Gobierno Vasco; pero mientras se dan los pasos para la creación de una universidad-títere del MLNV, los asesinatos jalonan la ambición de dominio del movimiento. Lo mismo pasa con el "Espacio Socioeconómico Vasco de las Relaciones Laborales" o con el Centro de Estadística. La alusión al espacio vasco es meramente "espacial" y adjetiva: de lo que se trata es que el MLNV llegue a crear "espacios liberados" –en el mejor término guerrillero de la palabra- donde las relaciones vengan marcadas por la hegemonía del movimiento en su dinámica de desconexión con las formas de relación políticas y económicas que rigen en Europa Occidental.

El "ser" del tiro en la nuca consiste en la eliminación física del enemigo como imposición de una pauta jurídica –una pauta jurídica que disuelve a la anterior, la que emana de la facultad del estado, autonómico vasco y/o español, de garantizar la vida y la libertad de las personas, y que crea la base de la sumisión de las personas físicas atentas a la discrecionalidad del tiro en la nuca-; y el "tiempo" de este es el de la "guerra prolongada", el tiempo interminable del cambio socioeconómico, las etapas de ampliación de objetivos humanos, la facultad siempre creciente del MLNV de poner a las personas bajo el punto de mira y borrarlas del mapa.

 

2. 2) Ética y política.

Lo jurídico es concreto y palpable: nadie se cuestiona la obligación de hacer una declaración sobre la renta; nadie se cuestiona, en Euskadi, la peligrosidad de desobedecer las consignas del MLNV. ¿Qué papel adquiere lo ético dentro de este contexto? Es un papel mediático. Es parte de una estrategia informativa. Y parte de una estrategia de cambio de lenguaje. Y es un factor de cohesión para la militancia interna del MLNV en cuanto a obediencia –sumisión- a las consignas de sus dirigentes.

La división radical que hemos ido mostrando entre la política del MLNV y la del resto de los partidos políticos democráticos, como modelo de oposición entre una política revolucionaria y una política basada en el modelo de democracia representativa, tiene su traslación también en el terreno de los valores. La oposición política descrita, al colocar ambas políticas en un ámbito de oposición absoluta, es manifestación clara de dos formas de ver el mundo, las personas y la sociedad. Si la ética de la democracia representativa es, al fin y al cabo, la aplicación política de la ética humanista y/o cristiana, la ética del MLNV es una ética basada en la política revolucionaria, es decir, el camino es inverso, desde la política a la ética, desde los hechos políticamente dirigidos a los valores que conforman esos hechos. Es la perfecta manifestación de la "filosofía de la práxis" que rige al marxismo.

Y es que, históricamente, el marxismo-leninismo ha repudiado la perspectiva de unos valores universales, la perspectiva de la existencia de una moral o de una ética, entendiendo que estos "valores" o esta "moral" no es sino la manifestación histórica y, por tanto, un hecho subsidiario de una situación dada de antemano. Si vivimos en un mundo capitalista, la ética, siempre desde la perspectiva revolucionaria, no es sino la manifestación de esa realidad capitalista y, por tanto, el instrumento del propio sistema para seguir perpetuándose.

Así, en plena era de los totalitarismos presentes, hasta anteayer, es decir, hasta 1992 –la fecha de la caída de los regímenes del Este- la ética no estaba encuadrada en la teoría revolucionaria general por la esperanza de la extensión de los regímenes del "socialismo real" a lo largo de todo el mundo. Se daba la posibilidad de que la mayor parte de los países disfrutaran de un régimen de partido único comunista. No era necesario plantear la lucha en el terreno de los valores, ya que en el terreno de la lucha política las cosas parecía que iban bien. Es cuando la política revolucionaria internacional hace aguas que resulta necesario plantear unos valores, unos principios de carácter formalmente ético, puesto que la política revolucionaria ya no produce las adhesiones de antaño. Hay que buscar un nuevo camino para que la gente se adhiera a la revolución, aunque explícitamente no lo sepa o conscientemente no lo quiera.

Esa fecha mágica –1992- es también el momento en el que el MLNV aprovecha para lanzar su nueva reorganización en diferentes terrenos: en el terreno de la organización, en el terreno de la ideología y en el terreno de los principios éticos. Esta reformulación sigue al pie de la letra las enseñanzas derivadas del Mayo de 68 y de sus teóricos revolucionarios más importantes. Es Alain Badiou quien, desde el maoísmo, acomete con una nueva elaboración de la teoría revolucionaria para toda Europa y la fuente de la que el MLNV recoge sus enseñanzas y lenguaje teórico. Sus dos manifestaciones más importantes, en Euskadi, son la ponencia "Oldartzen" (1994) de Herri Batasuna y el texto "Ética, moral y MLNV" (1995) del colectivo J. Agirre. La relación de ambos textos es clara e importa poco quien bebe de donde en tanto ambos textos, el uno en el terreno de la estrategia política y el otro en el terreno de la formulación ética, convergen hacia un mismo camino, usan un lenguaje paralelo y se adscriben a la misma alternativa política.

 

2. 3) La crisis de la revolución y la nueva ética: año 1992-...

No podía ser menos: ambos textos, Oldartzen de Herri Batasuna y el escrito del Colectivo J. Agirre, comienzan con sendas declaraciones apocalípticas. Según Oldartzen: "cada día se va haciendo más difícil ocultar el peligro inminente de una nueva y más dura recesión que agudice los problemas de fondo existentes en la prolongada crisis que azota al capitalismo mundial"(p. 9). En el terreno de la ética pasa lo mismo. Según el Colectivo J. Agirre: "la ideología ética de la democracia y el estado de derecho... la realidad es que se encuentra sometida a una profunda crisis" (p. 10). Todo eso "a pesar de que la caída del bloque socialista ha contribuido propagandísticamente a su beatificación"(Colectivo J. Agirre) o a pesar de que "el imperalismo se ha impuesto a muchos niveles" (Oldartzen). A la archisabida declaración de crisis del actual sistema en su doble ámbito socioeconómico (capitalismo) o ético-político (democracia y estado de derecho) se le añade la conciencia de la crisis de la ideología revolucionaria "de tal manera que tanto las fuerzas de izquierda como los movimientos de liberación nacional se encuentran en una situación muy difícil" (Oldartzen).

Esta doble confesión tiene un doble objetivo: por un lado, seguir manteniendo la fe en la inminencia del momento revolucionario, es decir, seguir manteniendo que el capitalismo y su ideología ética se encuentran heridos de muerte e inmersos en una prolongada crisis y, por tanto, proclamar la necesidad y obligatoriedad de plantear una lucha revolucionaria para destruirlos definitivamente; por otro lado, tomar conciencia de que hemos pasado a otra fase de la lucha, en la que el movimiento revolucionario tiene que cambiar radicalmente –solamente en cuanto a la necesidad vital de re-adaptarse a los tiempos post-soviéticos- para poder mantener ese objetivo, habida cuenta de la caída de los países del este, la crisis de la izquierda en general y la crisis del MLNV. Consideran que hay que persistir en la ideología de destrucción de lo vigente y cambio radical, si bien es verdad que el MLNV tiene que cambiar para poder adaptar ese primer objetivo a las nuevas circunstancias. Por ello dice Oldartzen: "estamos obligados a adecuar nuestra línea de intervención" (p. 5). El asesinato del concejal del PP Gregorio Ordoñez, la "socialización del sufrimiento" mediante el acoso y la violencia de persecución contra las personas consideradas enemigas y la propuesta de "paz" de la Alternativa Democrática de ETA son los ejes iniciáticos de esa nueva "línea de intervención", así como el "giro lingüístico" con el que se camufla el lenguaje de las nuevas propuestas y declaraciones. Los trabajos de Oldartzen y el Colectivo J.Agirre son formas de encararse a una crisis política generalizada de "tanto las fuerzas de izquierda como de los movimientos de liberación nacional". Esto es lo primero que hay que remarcar.

Nos encontramos, pues, ante un nuevo ciclo, en el cual el MLNV tiene que reordenar la línea de antagonismo con el capitalismo teniendo en cuenta el cambio de circunstancias. La modernidad, entendida como la esperanza inacabable de creación de nuevas formas de arte, de nuevos valores, de una nueva sociedad y de un nuevo hombre, sufre su última crisis con la caída del socialismo real y entramos de lleno en lo que se ha dado en llamar la era posmoderna. La caída de los regímenes comunistas en Africa y Europa del Este no es el único factor a considerar. Está también el cambio tecnológico, la miniaturización de la economía y de la tecnología por medio de la informática, el cambio de valores en la propia producción (donde pasamos de una economía centrada en el producto a otra centrada en el mercado) y, con ello, el cambio de paradigma de una sociedad de masas, de abundancia de clientes y escasez de producción, a una sociedad donde hay que buscar mercados y clientes nuevos por la abundancia excesiva de productos. En palabras de la ponencia Oldartzen de Herri Batasuna: "la tecnología punta, la informática, la política monetaria, los sistemas financieros e incluso el consumo cultural son elementos fundamentales de esta nueva revolución económica". (p.13) Surge, así, una nueva forma de individualismo y una nueva forma de liberalismo económico. Según la ponencia Oldartzen, se trata de "el mismo orden pero con nuevos instrumentos de opresión"(p.10), por lo tanto, no es difícil de deducir que a "este nuevo orden" se le tenga que oponer una teoría y una práctica revolucionaria simétrica, con vistas, claro está, a poder destruirla mejor.

Es en este contexto donde el filósofo posmodernista Gianni Vatimmo nos habla de una "segunda secularización", es decir, la primera secularización afectaba a lo religioso, que deja de poseer un valor sagrado; la segunda secularización se refiere a lo político, entendido como política global o total, que pierde también su carácter sagrado. Entonces, dice el filósofo italiano, el ser humano, desengañado de esperanzas religiosas y políticas, empieza a ver en la ética la guía de su comportamiento personal. Por ello dice el colectivo J. Agirre que hoy en día "la ideología ética guía a la acción política y no al revés" (p. 9) entendida tal ideología ética como "la concepción "a priori" de alguna categoría abstracta (el Hombre, el Derecho, el Otro, la Democracia, etc.)" (p. 8). Es evidente que el juicio que le merece este hecho es claramente negativo: "esta visión de la ética es pura ideología. Niega a los hombres concretos, a las situaciones concretas, renunciando a todo el pensamiento político y a los actores protagonistas" (p. 9). Esta ética, que ocupa el vacío de la esperanza revolucionaria, no sería más que la adaptación de los valores éticos a las circunstancias del nuevo capitalismo tal como ellos lo califican, como neoliberalismo. Es el enemigo a batir: En palabras del Colectivo J. Agirre leemos que

"La ideología ética consolida, pues, el sistema establecido. Como toda persecución de intereses se legitima a través del éxito exclusivamente, es esencialmente violenta; ya que toda prosecución de intereses considerados vitales, toda preservación del ser existencial conlleva el empleo de la violencia en caso necesario" (p. 8).

La violencia nacería, así, según la perspectiva revolucionaria, del monolitismo del Sistema, con lo cual toda violencia revolucionaria vendría a ser meramente "de respuesta", y por lo tanto, automáticamente justificada. Nunca debemos olvidar que la idea que el MLNV se forma de la realidad tiene que estar en relación con los medios y la filosofía que utiliza para transformarla: cuanto más negra se pinte la realidad, y cuanto más negra se haga la realidad -con el concurso y la iniciativa del MLNV- mayor es la responsabilidad del sistema y mayor, por tanto, la necesidad de iniciativa del MLNV. Este es un círculo vicioso que, en el terreno del discurso, representa la constante desresponsabilización del MLNV de las consecuencias más nefastas de sus actos. Es la justificación universal de todos sus actos.

 

2. 4) La nueva y la vieja ética revolucionaria

Pero ¿cómo oponerse a esta tendencia general de postergación de la política (revolucionaria) por la ideología ética (capitalista)? Si el discurso ético es aquel que promueve obligatoriedades y adhesiones por parte de las personas, como una vez lo hacían las ideologías políticas, resulta necesario plantear una alternativa dentro del propio campo de la ética, dentro del campo de los valores éticos. Esta es la labor que toma a su cargo el colectivo J. Agirre en beneficio del MLNV.

Los marxista-leninistas se han ocupado poco de la problemática de los valores éticos ya que los han visto siempre desde la perspectiva de lucha contra la sociedad burguesa, de la que emanaban. El pensamiento clásico marxista plantea que su doctrina, desde las bases "científicas" que se manifiesta, es más realista que toda las proclamaciones de Derechos Humanos y Libertades derivados de las revoluciones burguesas. Tanto para Marx como para Lenin la moralidad no es otra cosa que un subproducto de la religión, una forma de disfrazar y edulcorar la realidad para que esta se mantenga tal cual. Por ello decía el maestro de Trevéris: "El bien es el mal en cierto sentido. Es el que debe ser eliminado. Es el que se opone a un progreso de las relaciones interhumanas. El "mal" es el bien puesto que produce el movimiento que hace la historia al continuar la lucha". En un contexto donde el "bien" venía a ser representado por la sociedad burguesa, está claro que el bien es el mal "que debe ser eliminado". Por ello dice, en coherencia con la afirmación anterior, el colectivo J. Agirre: "la ideología ética es aquí, más que nunca, resignación autocomplaciente a las necesidades económicas de la rotación del capital" (p. 10).

La vieja ética revolucionaria, de inversión de valores en tanto que los valores dominantes, como dice el Colectivo J. Agirre señalando a Marx, "son las ideas de unas clases (o sectores) dominantes en las relaciones de producción" (p. 8), enlaza con esta nueva construcción que acometen los teóricos del MLNV. Pero si el viejo Marx estaba en una situación en la que la política revolucionaria todavía se encontraba en una fase ascendente y, por tanto, no exigía explicación alguna en cuanto a las bases de su propio pensamiento moral, ahora, en plena crisis de imagen y de organización del comunismo y del marxismo, tienen que penetrar esos "valores universales", en manos de los poderes establecidos, con la savia de la ideología revolucionaria, para poder llegar a las conciencias de la gente en esta nueva fase de reflujo.

La ética, para el MLNV, en las actuales circunstancias de dispersión de las ideologías y de las iniciativas sociales y políticas, es un nuevo territorio lingüístico a conquistar. Es uno de los pivotes desde los cuales poder persistir y legitimar todas sus acciones y atacar a su enemigo. Un nuevo campo de guerra, donde la confusión lingüística y la manipulación ideológica conscientemente llevadas por sus dirigentes adquiere nuevas cotas de sofisticación. No nos engañemos: la ética del MLNV es un subproducto de su política. Eso significa que cuanto mayor sea la estela de sangre y sufrimiento que deje atrás el MLNV, el lenguaje que utiliza es más "ético", más apegado a las formas universales de valoración de lo bueno y lo malo. Por ello el MLNV lamentará, sentirá profundamente, las consecuencias de sus acciones. Pero la responsabilidad siempre recaerá en el tejado ajeno. Ya que, como decía Marx, "el mal es el bien", ya que produce "el movimiento que hace la historia al continuar la lucha". Es esta deidad desencarnada y sin rostro –"el movimiento que hace la historia al continuar la lucha"- una forma de objetividad científica, frente a lo que los revolucionarios denominan los moralistas burgueses de pacotilla que hablan de unos valores y unos principios abstractos. Nos encontramos ante una no-ética, o ante una ética "naturalista", donde la ética se asimila a una "necesidad": la destrucción del modelo de sociedad vigente. Ese "movimiento" y esa "necesidad", sin embargo, no son abstractos, ya que representan las fauces abiertas del nuevo Moloch al que sacrificar víctimas humanas para que la historia continúe su marcha.

 

2. 5) La idea de bien del MLNV

El esquema del Colectivo J. Agirre se inserta dentro de la lógica de la tradición ética de una manera peculiar. Pues si bien el colectivo acepta la idea aristotélica de que la Ética es la Ciencia del Bien, este Bien es, por definición, lo no sabido: "Diremos, pues, que el Bien es aquello presentado por una verdad, pero no representado por el estado de la situación. Conocido en su ser estructural es desconocido como proceso, como trayectoria de una verdad insabida". El Bien sería "aquello que nunca logra agotar lo ya conocido: lo que falta por conocer".

Antes, mediante la definición clásica del marxismo de la "contradicción fundamental" entre trabajo y capital, teníamos la visión de la correspondencia entre los valores éticos y las estructuras de poder que rigen al mundo. Ahora se nos hace, rápidamente, una petición de principio: que creamos que el "Bien", frente a una situación dominada por "la ideología ética de la democracia y el estado de derecho" es todo lo contrario a eso, lo que no representa lo dado, lo que no representa esta circunstancia de hegemonía del Capital. El Bien sería la potencialidad de cambiar radicalmente esta coyuntura, "lo insabido", la potencia liberadora que llevan en su seno los movimientos de emancipación, potencia que no tiene otra forma que la del movimiento, que no es sino condición de posibilidad de una liberación que siempre estará varios pasos por delante. El bien es inaprensible –porque desde la perspectiva de la guerra prolongada tiene que ser inaprensible-, y al mismo tiempo, es el horizonte nunca alcanzado, por el cual las fuerzas liberadoras tienden hacia él.

El colectivo J. Agirre se resiste, sin embargo, a darnos cuenta del MLNV y de su visión del bien en términos exclusivamente conceptuales o filosóficos; también nos propone un relato providencial. En este relato, lo "insabido", el "bien" adquiere, al fin, concreción. Fijémonos que en este relato los personajes no son personas sino conceptos y colectivos. Su "personificación" responde a la demanda del propio lenguaje de la ética, que instaura los principios y los valores universales de tal manera que definen el deber ser de las personas en el contexto, en este caso, de un movimiento dado, el MLNV. En este esquema, primero viene "el acontecimiento-encuentro. Es el punto de partida", que "en la ley interna del sujeto nacional de Euskal Herria, esa nominación es ETA" (p. 22). Del mismo modo que los cristianos rigen su calendario por la fecha del nacimiento de Jesucristo o los musulmanes por la de Mahoma, la historia de Euskadi tiene en su "acontecimiento-encuentro" una especie de punto de partida. No nos olvidemos de que, en esta guerra permanente, Euskadi o Euskalerria es –y tiene que ser- una nación inexistente, por construir/destruir y, por tanto, desde esta perspectiva de tabla rasa, es ETA la que se otorga la única legitimidad de dar "la Verdadera" consistencia de "sujeto nacional". Y es que antes de ETA, Euskalerria pertenecía, nos dicen, a lo que Engels denominaba

"esos restos de nación pisoteados despiadadamente por la marcha de la historia como lo dice Hegel, estas basuras de pueblo son siempre y lo seguirán siendo, hasta su completa asimilación o desnacionalización, los portadores fanáticos de la contrarrevolucion.. Así son los galos en Escocia... En Francia los bretones... los vascos en España".

Euskalerria, vendría pues, a abandonar, por mano de los revolucionarios "vascos" esa naturaleza contrarrevolucionaria de "pueblo sin historia" para pasar a ser, gracias a ETA, ejemplo y punta de lanza. Por eso afirmaba Francisco Letamendia en sus tiempos de diputado de la izquierda revolucionaria vasca:

"Durante muchos años, demasiados, la antorcha de la causa vasca la han llevado manos que querían dar marcha atrás al reloj de los tiempos. Es hora ya de que levantemos a Euskadi sobre nuestros hombros y la lancemos en la dirección que sopla sobre los pueblos el viento de la historia. Brazos poderosos han comenzado ya esta tarea, a nuestra generación corresponde terminarla". Gracias a ETA, Euskalerria, antigua patria de carlistas y nacionalistas clericales, por fin podrá bogar con "el viento de la historia" a favor.

Es desde este comienzo providencial, desde esta verdadera fundación de la historia vasca, desde donde se redime a Euskalerria de su secular pasado reaccionario de "pueblo sin historia". Es así que "el acontecimiento" ETA "instituye la duración del Dos antagónico (Pueblo)". Resulta remarcable la utilización ritualística y poética del lenguaje para la narración de una fábula sencilla, donde ETA "el acontecimiento" tiene sus bodas con "el dos antagónico" (el pueblo) de cuya fecundación nace el MLNV que es "presencia real" de tal pueblo, y es también su encarnación dinámica: "es el infinito latente de la situación histórica, el interminable rastro de una fidelidad" (p. 22). Pero no nos encontramos ante un lenguaje simbólico o mítico, sino ante una pura técnica de la descripción, donde ETA, la organización armada, vendría a representar a un pueblo que sencillamente no existiría hasta que se manifieste –a la Fuerza!- en su antagonismo con el "uno" –lo instituido, lo institucional, lo realmente existente, el Estado, el Gobierno Vasco- gracias a que la organización armada plantea –y ejerce- unas determinadas condiciones de reproducción de la violencia y el enfrentamiento por la que una determinada masa de gente se engancha a alguno de los diferentes organismos del movimiento. El MLNV es –tiene que ser y a la Fuerza- la "parte consciente" del pueblo, nos dicen, aquella que sigue y es leal a la estela dejada por "el acontecimiento ETA" y que, por tanto, construye, diseña, "la futura sociedad vasca".

La idea de bien y de lo bueno que tiene el MLNV es aparentemente contradictoria y complementaria en la práctica. Porque para el MLNV el bien es "lo insabido", lo que queda por llegar, es un camino siempre abierto –ahora bien, "abierto" sin que se salga de los cauces de Hierro de su proyecto-. Y el bien vendría a ser también el propio MLNV, como fruto del proceso de fecundación de la sociedad vasca iniciado por ETA, convirtiendo un pueblo hostil a toda idea de revolución en punta de lanza y ejemplo mundial de pueblo progresista. Lo "insabido", la nunca concretada y formalizada "liberación nacional y social", es el horizonte constante de ruptura, la vía por la que eternamente hay que seguir. El MLNV es el tren donde tienen que –y tendrán que- subir –a la Fuerza- los pasajeros para ir por esa vía; y ETA (y los componentes de la dirección política del MLNV) son los fogoneros y los maquinistas de ese tren.

2. 6) El modelo de persona: hombre y sujeto

Los personajes del drama de este alumbramiento milagroso (milagroso porque cambia radicalmente la cualidad de un pueblo reaccionario y sin historia en otro revolucionario y a la vanguardia de la historia) son extraños entes, son colectivos, organizaciones, formalizaciones de conglomerados de siglas de diferentes movimientos (como es el propio MLNV). Nos encontramos con que este drama no tiene rostros humanos protagonistas. Y, sin embargo, está claro, son organizaciones humanas, compuestas por seres humanos. Desde la perspectiva de los valores ¿qué peso tiene la vida humana o la existencia particular de cada persona dentro y fuera del MLNV?

En este punto debemos decir que el pensamiento del colectivo J. Agirre es especialmente deudor del pensamiento del teórico francés Alain Badiou. El colectivo plantea que "para este autor no existe una ética en general... hay una ética de procesos de verdad, y, por tanto, de las situaciones variables en donde surgen esos procesos"(p. 21). Nos topamos aquí nuevamente con la cualidad técnica del lenguaje utilizado, y, por tanto, debemos buscar las correspondencias concretas de ese lenguaje con la realidad. La ética "en general", ya lo hemos contado, es la representación de esa "ideología ética" que sostiene el edificio del sistema que hay que derruir. Según esta perspectiva revolucionaria, la "ética de procesos de verdad" es una ética "de las situaciones variables" que marca la estrategia política de un determinado grupo revolucionario. La consigna política, el mandamiento político, se eleva a rango de deber-ser ético. La variabilidad de esos mandatos y de esas consignas, su falta de coherencia desde la perspectiva de una ética general, no es algo que deba preocupar al militante del movimiento; ya que, en esta perspectiva, no es incoherente asesinar al mismo tiempo que se defienden los derechos humanos de los presos, porque una y otra acción coadyuvan a un mismo objetivo: destruir el estado de cosas vigente. Ya hablaremos del imperativo categórico de la lucha como mandamiento supremo. En este momento lo que nos vale es saber que la "ética de los procesos de verdad" es una ética de estrategia política, que intenta manipular los valores éticos universales al servicio de la destrucción no sólo de la sociedad de los que han emanado sino también de su matriz general, la ética general, la ética tal como la han entendido, en Europa, durante siglos, los cristianos y los humanistas.

Pero cualquier construcción ética tiene que referirse a seres humanos en concreto. ¿Cuál es la idea del ser humano para Alain Badiou y para el colectivo J. Agirre? En los términos que utiliza Miguel de Unamuno respecto al marxismo "las cosas son más importantes que las personas". Las circunstancias que rodean a la persona son de mayor valor que esta. Oigamos a Badiou: "Si no existe una ética "general" es porque el Sujeto abstracto que tenía que implementarla ha fallado. Hay sólo un animal peculiar, que las circunstancias llaman para que se convierta en sujeto. O mejor dicho, que llaman para que sea parte de un sujeto. Eso quiere decir, que lo que aquel es, su cuerpo, sus capacidades, es requerido para que, en un momento determinado, una verdad haga su camino". Si una persona no está inscrita en un "proceso de verdad" es simplemente un "animal biológico" con el mismo rango que una vaca o una rana. La persona vale en tanto esta situada en una determinada encrucijada social. Y en función de su ubicación social, es entonces cuando es necesaria o prescindible. La persona "es requerida" por un sujeto, para tomar parte en un sujeto; es esto lo que le otorga valor.

Y es que la persona, en los términos valorativos del cristianismo, o el individuo, en los términos civiles del humanismo secular, no existe. La persona no tiene valor por sí misma. Lo que existe es el "sujeto" o los diversos "sujetos", es decir, el colectivo, el movimiento, la organización, que son la garantía de la "inmortalidad" de la especie. Por ello dice J. Agirre: "el sujeto es el soporte de una fidelidad y, por lo tanto, de un proceso de verdad. Es el trazo finito de una verdad, atrapado por ella; pero que ese sujeto construye a través de la trayectoria fiel" (p. 22). Nuevamente el lenguaje envuelve los significados pero estos se corresponden con una realidad en la que la "fidelidad" es el deber-ser político, el objetivo y la idea política de una liberación, "la universalidad de una verdad de emancipación" en los términos trascendentes y obligatorios con que concibe el MLNV su política. También se da en términos "universales" –no nacionalistas- ya que se da por hecho que ese sujeto debe encontrarse "bajo la ley del antagonismo en enfrentamiento frontal con el Estado". Ley que es universal y que sirve tanto en el foco de la revolución en Euskadi, así como en cualquier otra parte del mundo. Es "un proceso de verdad" en tanto ese sujeto condiciona la vida de una determinada sociedad. Es ese peso condicionante el que tiene que dar valor al sujeto.

 

2. 7) La clasificación de los seres humanos por parte del MLNV

 

El sujeto, en este caso el MLNV, es quien tiene que monopolizar la capacidad de juzgar el valor de la vida de las personas. ¿Por qué? Primeramente, porque tal sujeto es "la encarnación en la presentación histórica de esa verdad emancipadora y de su traducción concreta que es el proyecto" (p. 17). El MLNV representa, aquí, en Euskadi, la manifestación de la "verdad emancipadora" revolucionaria, depositario de su "proyecto", y, por tanto, se otorga plenos poderes sobre cualquiera. Y, en segundo lugar, por que, para el MLNV, las personas no existen por sí mismas (son apéndices o engranajes de una sociedad o un sujeto, y su vida individual es secundaria) y, por tanto, no pueden poseer derechos. Por ello dice el Colectivo J. Agirre:

"Toda la tradición marxista y progresista más consecuente ha rechazado la categoría abstracta del Hombre. Para Foucault, esta categoría de Hombre constituía un concepto histórico construido en una determinada época y que pertenecía a un cierto régimen de discurso: el discurso inicial de la burguesía que luego se difunde como universal... Para Althusser, el humanismo de los derechos y de la ética abstracta no son sino construcciones imaginarias (ideológicas)... no hay ninguna norma que pueda sostener la idea de un sujeto humano a priori, del cual se puedan enunciar derechos o deberes"(p. 12).

Según "la tradición marxista y progresista más consecuente" –la derivada del pensamiento de Foucault y Althusser y Badiou, discípulo de este, que, finalmente, recoge el MLNV- el hombre es un invento de la burguesía, porque "los derechos del hombre" son un invento de la burguesía. El "hombre" –y la "ideología ética humanista"- son "construcciones imaginarias (ideológicas)". ¡No existe un "sujeto humano a priori"! que no sea el Sujeto revolucionario.

Es evidente que estas afirmaciones resultarían risibles por si mismas sino se correspondieran con la dinámica avasalladora y destructiva de un determinado movimiento. Desde el momento en que no podemos hablar científicamente de hombres ni los derechos individuales que los protegen, la capacidad del "sujeto" por excelencia (el MLNV) de eliminar individuos se convierte en una facultad legitimada. Esto es lo que les vale. Cuando el Colectivo J. Agirre, transcribiendo a Althusser, afirma que "no hay ninguna norma que pueda sostener la idea de un sujeto humano a priori, del cual se puedan enunciar derechos o deberes" nos dice realmente que no hay ningún impedimento "natural" para que un sujeto humano sea eliminado; la demostración de ello es que pese a que existen leyes que hablan de los derechos del hombre y la protección de la vida humana, los seres humanos son eliminados. Desde esta perspectiva, el MLNV plantea la situación paradójica a raíz de la cual el MLNV se permite asesinar a quien quiera y cuando quiera, al mismo tiempo que acusa al Estado/Estatuto de no garantizar la vida de los mismos ciudadanos que el MLNV asesina. Así, nos dicen ¿No dice la Constitución que todos los españoles tienen derecho al trabajo, a la vivienda, etc? ¿No está claro que ese derecho se contradice a la realidad? Y es que para el MLNV resulta que la defensa que hace la legislación burguesa de la vida, de las garantías cívicas y de las libertades del individuo es pura ilusión; ¿Por qué? Por que el MLNV vulnera esas garantías y esos derechos, y el estado "burgués" es incapaz de impedirlo. La propia existencia del MLNV es prueba irrefutable de la impotencia de la propia legislación para aplicar sus normas.

Sin embargo, observamos –atónitos- que esta ética de las verdades sabe diferenciar también a los seres humanos. En este sentido, se da una apropiación y tergiversación del vocabulario del pensamiento ético tradicional ya que considera la existencia del "héroe ético", al que denomina "ser humano singular". Este se distingue por ser "una persona transformadora, capaz de experiencias inauditas y de alterar la situación estructural en la que vive y se asienta"(p. 13). Es evidente que este "ser humano singular" se singulariza, es decir, adquiere rasgos definidos, "personalidad" diferenciada, por estar inserto en algún sujeto o subsujeto emancipador y revolucionario al estilo del MLNV:

"hay personas que arriesgan su vida por un ideal; que proclaman y practican el enunciado: "Antes morir que vivir de rodillas". Hay seres humanos que superan la repetición estructural de sus intereses, de su ser existencial. Aunque necesitados de perseverar en su ser, perseveran así mismo en una idea, un proyecto, un pensamiento, una utopía, y en esa perseverancia dejan muchas cosas; incluso, su vida. El mundo está lleno de esos seres humanos: generosos, solidarios, militantes activos que se mueven en trayectorias de justicia, igualdad y fraternidad, que luchan por un mundo mejor y en esa lucha actúan con un interés desinteresado, entendido como ruptura con su base estructural, incluso a veces con sus afectos más próximos; sean estos culturales, familiares o sociales" (p. 12-3).

No es necesario tener mucha imaginación para trazar los rasgos precisos de la figura que se quiere recrear: nos encontramos ante el militante, ante el hombre comprometido, ante el activista que, en un momento determinado, puede y debe tomar incluso la decisión de coger las armas –asesinar- por una causa. Ya que actuar "por un interés desinteresado" presupone asimismo "alterar la situación estructural en la que vive y se asienta", romper con "su base estructural", es decir, con su inserción dentro de la sociedad en la que vivimos, "incluso a veces con sus afectos cotidianos más próximos"; y "alterar la situación estructural" exige muchas veces matar. Ya que la violencia es una de las parteras de las nuevas realidades.

¿Y aquel que no es "héroe ético" o no aspira a serlo? El Colectivo J. Agirre, en este punto, es tajante: "no existe el "Otro" más que si se identifica con el "Mismo"... en la empresa común e indescomponible de compartir un mismo proyecto de liberación, de emancipación" (p. 13). El otro es el compañero de lucha. No existe más "otro". En ese caso sería "nadie". Por ello se afirma también que "hay que rechazar la condición del ser humano como víctima" (p. 12). El que no comparte el mismo proyecto no es el "otro"; la condición de víctima hay que rechazarla. Estas afirmaciones que como mandamientos morales pueden parecer cuanto menos misteriosas adquieren relieve al insertarlas dentro de la estrategia política del MLNV. El MLNV "socializa el sufrimiento", reparte "las consecuencias del conflicto" a lo largo de toda la población de Euskadi y España precisamente para implicar a aquellos que no son "otros" por que no comparten el Proyecto, les quiere conferir la categoría de "otros" y, por lo tanto, de compañeros de lucha; y rechaza la condición de "víctima" porque aquellos que caen abatidos por los tiros o son amenazados y atacados de la mañana a la noche no son "nadie". El rango de humanidad sólo se logra una vez elevada la persona a la categoría de "héroe ético"; mientras tanto se es un ser inexistente y eliminable.

Hagamos un balance del relato que acompaña a la descripción de la ética que nos propone J. Agirre acerca del MLNV. El pensamiento marxista no ha tratado extensamente el problema de los valores al considerarlos siempre subordinados a las realidades políticas y sociales; pero a partir de 1992, con la crisis de imagen y de realidad del comunismo y del marxismo, y con la tendencia generalizada de descreimiento de las ideologías, y, en palabras de Gianni Vattimo, de vuelta a la ética, o a una "ideología ética", como afirma el Colectivo J. Agirre, el marxismo tiene que ocuparse de la problemática ética para poder seguir persistiendo en su modelo de abolición de la realidad. El colectivo J. Agirre recoge, en Euskadi, junto con la ponencia Oldartzen de Herri Batasuna, esa urgencia de readaptación del marxismo a las nuevas circunstancias. La ética descrita por J. Agirre, la ética del y para el MLNV, es una ética de los sujetos, no de las personas, es la ética de la historia de los sujetos revolucionarios.

De esta manera, ETA, sujeto-acontecimiento-encuentro, vendría a "fecundar" la estéril y reaccionaria realidad vasca y da la oportunidad a un pueblo viejo y carca de sumarse a la vanguardia de la historia. De ese acontecimiento-encuentro surge –tiene que surgir, a la Fuerza!-, como en un alumbramiento milagroso, el MLNV: el sujeto de los sujetos, el sujeto para todos los sujetos, aquel que "diseña el todo de la futura sociedad vasca" (Colectivo J. Agirre). Este sujeto representa el signo viviente que vendría a denunciar la legislación burguesa, estatal o autonómica, que no puede aplicar sus leyes por que no puede proteger la vida de sus ciudadanos. Mientras tanto, a efectos de la vida cotidiana de las personas que pueblan Euskadi, sabemos que el único ser humano que tiene valor es el "héroe ético" -"ser humano singular"- el militante social, político y armado que se encuentra inscrito en ese sujeto de los sujetos, el MLNV; y que "el otro" es el compañero de lucha. Todos los demás animales biológicos humanos que pueblan Euskalerria no son "nadie", pero se les da la oportunidad de ser "el otro" mediante la terapia de la "socialización del sufrimiento". Mediante la redistribución de sufrimientos que genera el conflicto de la violencia en Euskadi, al conseguir hacer los organismos coactivos del MLNV extensibles a casi todas las categorías sociales y políticas los efectos de la violencia, todos tenemos la oportunidad de convertirnos en "el otro", de optar por ese sujeto de los sujetos o, al menos, aceptar mansamente sus propuestas. En caso contrario, nuestra vida, nuestro bienestar o nuestra libertad no valen nada porque, ontológicamente, no somos nadie.

 

2. 8) Derechos individuales y derechos colectivos

Y, sin embargo, el lenguaje de los derechos es de uso común por parte de los voceros del MLNV. Ahí tenemos la última propuesta de Batasuna (27-1-2002) "Propuesta de resolución democrática de Batasuna, Un escenario para la paz", donde se dice que "hablar de autodeterminación es hablar de un derecho humano" y que "la autodeterminación es el instrumento que garantiza la igualdad de derechos". ¿Es posible alguna contradicción entre la propuesta de Batasuna y la descripción ética del colectivo J. Agirre? En este caso, como en muchos otros, la contradicción es sólo aparente. Gorka Martínez, miembro de la mesa nacional de HB y ahora de Batasuna, nos aclara las cosas:

"...en ningún caso la supervivencia y futuro de Euskal Herria, la apuesta por una sociedad justa e igualitaria pueden ser puestas en cuestión por una demagógica, y puede que también perversa, razón de respeto a las ideologías personales, como expresión de la supremacía de lo individual sobre los intereses colectivos... No es un problema de personas, ni siquiera de opciones partidarias, sino de intereses contradictorios e irreconciliables, de actitudes de beligerancia antagónica".

Primeramente debemos identificar "la supervivencia y futuro de Euskal Herria" con "la apuesta por una sociedad justa e igualitaria". Es decir, el proyecto nacional no se concibe sin la constancia, dentro del mismo, del proyecto revolucionario "emancipador". La Euskal Herria futura y superviviente tiene que ser fruto del rito de fecundación protagonizado por el sujeto-acontecimiento-encuentro, ETA, y más concretamente, por su hijo político, el MLNV en su conjunto. Los derechos individuales quedan bajo el rango de una "perversa razón, razón de respeto a las ideologías personales, como expresión de la supremacía de lo individual sobre los intereses colectivos". Toda vez que las personas no son sujetos de derecho, al no existir un "sujeto humano a priori", la alusión a los derechos individuales es "perversa", por favorecer el status quo del sistema burgués. Finalmente, el problema no son las personas (inexistentes desde la perspectiva ética y política del MLNV) o de opciones partidarias (que se extienden más allá de "el otro" considerado como compañero de lucha) "sino de intereses contradictorios e irreconciliables, de actitudes de beligerancia antagónica". Es decir: que la lucha es una lucha a muerte y sólo cabe la destrucción o la rendición y la asimilación.

Para el MLNV los derechos individuales no existen. Porque no existe el sujeto humano a priori receptor de esos derechos. En la propuesta de paz de Batasuna de enero de 2002, no hay la más simple alusión a la existencia de derechos individuales o a su conculcación por parte de los diversos organismos del MLNV. Se habla de "derecho humano" pero tomando la parte por el todo, es decir, tratando de coger parte de la legalidad internacional universalmente admitida que admite el derecho de autodeterminación de los pueblos, pero que los admite en razón del reconocimiento de los derechos individuales de las personas, cosa que Batasuna omite. Batasuna hace uso del lenguaje de los "derechos" en lo que le puede valer para el bien su estrategia política. Esta es, por tanto, una adaptación más del lenguaje de la ética universal a la política revolucionaria que la niega, pero que no le queda más remedio que hacer uso de tal lenguaje, por el descrédito de esa política. Vamos a ver como funciona ese movimiento de adaptación/abducción.

Batasuna señala primeramente que las conculcaciones de los derechos –sin especificar sin son humanos, individuales o colectivos- corren por parte de los estados francés y español, en tanto "el no-reconocimiento de la existencia de Euskal Herria": "esta permanente conculcación es la causante del conflicto político y de sus consecuencias, de las muertes, de las detenciones, de la tortura, de los presos y presas, de los refugiados y de las ilegalizaciones de las organizaciones". Lo que Batasuna omite (además de la "conculcación" que corre de parte de los organismos coactivos del MLNV, que matan, atacan y amenazan) es que las muertes, las detenciones, la tortura, las ilegalizaciones de las organizaciones, corresponden a un efecto, buscado y conseguido, gracias al desencadenamiento de la espiral acción-represión-acción, gracias a que la acción del MLNV está buscando esa escalada y esa respuesta: la represión es algo que el MLNV considera positivo, que se considera como un ejemplo de que lleva la iniciativa política. Por ello afirma el colectivo J. Agirre: "no es la represión lo que me hace mover sino el moverme lo que induce represión y, por tanto, resistencia" (p. 25). Por eso dice ETA: "Hemos conseguido que los estados enseñen sus verdaderas caras. Los políticos han demostrado nuevamente su incapacidad para dar salidas. Con el tensionamiento del conflicto han quedado al descubierto las falsas salidas". O JARRAI en la ponencia Orreaga: "El reforzamiento del movimiento independentista ha obligado al estado a dar nuevos saltos represivos. Llevando aun más lejos la tensión entre Euskal Herria y el estado". La "represión" del estado es algo que se busca como consecuencia de la generación de conflicto. Y los saltos que pueda dar esta represión son contemplados con una mirada netamente positiva, como consecuencia de que el MLNV está llevando una línea de actuación correcta. Por ello dice ETA que la represión "se ha convertido en casi el único camino del Estado español gracias a la viva ofensiva de la izquierda abertzale". O de un modo todavía más explícito:

"La ofensiva represiva que hemos citado en el punto anterior hay que buscarla en la inteligencia de la izquierda abertzale. Pues la resistencia vasca está muy viva, llevando la iniciativa y encaminando al Estado español y sus lacayos a respuestas puntuales y ciegas".

La "conculcación de derechos" aludida por Batasuna se nos muestra, así, en su doble aspecto: es una respuesta esperada, deseada. El MLNV intenta promover, dentro del ámbito institucional, una afinidad electiva, la posibilidad de una escalada respecto a la acción de los grupos armados coercitivos del MLNV –que quieren provocar acciones destempladas, como la guerra sucia, como la tortura, o como el ataque al nacionalismo en general y al euskara- de tal manera que la vulneración de derechos por parte del MLNV pueda eclipsarse por la respuesta recibida. Y esta respuesta es la base de la legitimación del discurso político del MLNV, una muestra de que no se respetan los derechos de Euskalerria y, por tanto, que existen razones para que prosiga la violencia.

El discurso, además, es más importante que la propia práctica violenta, porque la propaganda es un proceso incesante de bombardeo de mensajes interesados. Da forma verbal al miedo, al terror, a la división, a las consecuencias nefastas de la violencia, ofreciéndole un cauce de reforzamiento, ya que se trata de atacar directamente las fuentes de convicción positiva del enemigo, la propia e indiferenciada sociedad civil, saboteando una respuesta que se espera y que se provoca.

 

2. 9) Poniendo en práctica el nuevo lenguaje

El teórico del MLNV Iñaki Gil de San Vicente, con motivo a un balance de los resultados de las elecciones autonómicas del 13M del 2001, afirmaba lo siguiente:

"conceptos básicos como "paz", "democracia", "libertad", etc., han sido objeto de intensa manipulación española pero también del PNV-EA, mientras que la izquierda abertzale, que debiera ser su real detentadora, lleva ya demasiado tiempo al margen de cualquier esfuerzo. Sin embargo, tanto por la experiencia histórica desde hace siete décadas en Europa, como hemos visto arriba, cómo en la de otros procesos de liberación nacional, en las dos, debe ser la izquierda independentista la que construya y lidere todo lo que significan esos conceptos". (nuestro subrayado)

Gil de San Vicente nos da la pista del contexto de la propia propuesta de Batasuna. Un contexto en el cual "debe ser la izquierda independentista la que construya y lidere todo lo que significan esos conceptos" de "paz", "democracia", libertad", etc. Resulta más importante la instrumentalización de las palabras (construir y liderar "todo lo que significan esos conceptos") que el propio significado de las mismas. Pues está claro que para Gil de San Vicente, como miembro consciente del MLNV, las palabras no tienen un significado compartido. Por tanto hay que hacer un uso partisano de ellas.

El texto de la Propuesta de Paz de Batasuna del 2002 es ejemplar en su empeño de "construir y liderar" los significados de términos de uso común. Quizá este sea el mayor de sus objetivos al lanzar a la calle esta propuesta: recoge los conceptos usuales del debate político vasco (como "diferenciar la paz de los proyectos políticos", "respetar la pluralidad", "renuncia expresa a la imposición de cualquier proyecto político"); y responsabiliza a los estados "español y francés" de la imposibilidad de que eso sea así: "la cerrazón de los estados español y francés por mantener una estrategia basada en el no reconocimiento de Euskal Herria" "son ambos estados los que imponen sus proyectos políticos a nuestro pueblo". Con el concepto de "paz" pasa exactamente lo mismo. Primeramente, Batasuna quiere aparecer como el máximo abanderado de la paz: "por encima de todo, nuestra prioridad es que nuestro Pueblo conozca la paz y la justicia para construir su futuro en libertad"; y, por otro lado, afirma que "la paz, para Batasuna, se asienta en el respeto y el ejercicio democrático y pacífico de nuestros derechos", es decir, identifica la paz con su propia interpretación del "respeto y ejercicio democrático y pacífico de nuestros derechos" y, por lo tanto, con su propio "proyecto político". Este es un ejercicio de circularidad, en el cual, primero, se hace uso de un término o una idea al uso, para hacerlo desembocar en la interpretación/manipulación del MLNV de tal término o idea.

Las dos ideas clave de las que el MLNV pretende apropiarse a lo largo de este texto son la de la Autodeterminación y la de Euskal Herria como "sujeto de derecho". Esta es una forma sencilla de hacer abstracción del escenario de violencia y terror que reina en Euskadi gracias a la acción de los grupos coactivos del MLNV. Dado que no hay un reconocimiento expreso del "derecho de autodeterminación" por parte de los estados español y francés, dado que "Euskal Herria" –entendida como las seis provincias vascas- no es "un" "sujeto de derecho", la conculcación de los derechos individuales o la alusión a la defensa de los mismos es, en los términos de Gorka Martínez, "perversa". "Perversa", ya que los derechos individuales son inexistentes al no existir el sujeto de derecho de los mismos, "el sujeto humano a priori". Entendamos, también, que Euskalerria como "sujeto" es el objeto de diseño del MLNV, por tanto no nos referimos a una Euskalerria real o actual, sino una Euskal Herria a la medida de los dirigentes del MLNV. Por otro lado, como muestra de la voluntad de "paz" del MLNV, se apuesta por Euskalerria como "marco para un escenario desmilitarizado" para lo cual se pide "la retirada de sus fuerzas armadas acantonadas en Euskal Herria".

Una propuesta de paz que apuesta por constituir seis regiones divididas en tres demarcaciones y dos estados diferentes en un "sujeto de derecho" bajo el padrinazgo de una organización armada que en ningún momento dice que va a dejar las armas; una propuesta que hace abstracción de los derechos individuales que deben asistir a las personas que viven en ese territorio; que pide la "desmilitarización de Euskal Herria" vía el desarme unilateral del enemigo, no es, evidentemente, una propuesta de paz sino una propuesta para continuar la guerra. Una propuesta que colgada de la punta de una bayoneta da cuenta de una tanda de peticiones maximalistas que los dirigentes del MLNV saben perfectamente no se puede cumplir a corto y medio plazo. Dicho claramente: es una propuesta para maquillar la guerra prolongada y para ayudar a prolongar la guerra. Y es una propuesta para destruir a la Euskalerria real en nombre del nuevo "sujeto" cuyo nacimiento será concebido desde los escombros de esa Euskalerria real.

El olvido consciente de los derechos individuales de las personas concretas que viven en Euskalerria es una constante: "la autodeterminación es el instrumento jurídico, político y democrático que posibilitaría un marco en igualdad de derechos en Euskal Herria". ¿Para quién tienen que ser "iguales" los derechos? ¿Cuáles son los "sujetos" particulares que tienen que hacer Euskalerria "sujeto de derecho"? Batasuna afirma: "El sujeto de derecho a la libre determinación es Euskal Herria y su ejecución nos corresponde a todos los ciudadanos y ciudadanas vascas". Es decir: "los ciudadanos y ciudadanas vascas" "ejecutan", pero el "sujeto de derecho" es la entidad fantasmática de "Euskal Herria" en la interpretación que hace el MLNV de nuestro pueblo; pues para el MLNV "Euskal Herria" no es sino su propio proyecto revolucionario camuflado de proyecto nacional.

Otro dato que nos da noticia del carácter puramente táctico de la propuesta es la repetición machacona de la idea de "Euskal Herria como sujeto de derecho" junto con la omisión del Gobierno Vasco, o de otras instituciones vascas. Decir que con la aceptación de esa propuesta "Euskal Herria obtendría su derecho a organizar de una manera libre su futuro político, social, económico, lingüístico y cultural" es omitir los pasos reales que se han dado en ese sentido, es prescindir de la auténtica vía para que Euskadi organice realmente su futuro. De un plumazo, el MLNV hace tabla rasa de los organismos representativos con los cuales se ha dotado nuestro pueblo, en nombre de una Euskal Herria gaseosa, inexistente. Y es que los estados francés y español reconocen, en alguna medida, la existencia de nuestro pueblo, sea a un nivel folklórico, simbólico, histórico o autonómico; es el MLNV quien no reconoce tal existencia, negando que haya actualmente una entidad concreta llamada Euskalerria y arrebatando el rostro a los ciudadanos concretos de Euskalerria en nombre de un "sujeto" que tiene que construir sobre sus cadáveres.

Cuando el MLNV emplea palabras como "pueblo", "Euskal Herria" o "política" siempre les otorga un significado propio o restrictivo. Así, de la política afirma el colectivo J. Agirre que "no debe ser jurídica sino subjetiva... En su esencia es ilegal, o fuera-de-la-ley". En relación con esa política dice que a "su sujeto abstracto denominamos Pueblo, entendido éste no como un conjunto social preconstituido o agrupación de sectores sociales, sino como una categoría política que enuncia y desarrolla una posibilidad política emancipadora". Esta definición es la adaptación de la idea de Mao Zedong acerca de "pueblo", en tanto este se conforma mediante "todos los grupos, capas y clases sociales que en un momento determinado apoyan a la revolución". El ser agente de "una posibilidad política emancipadora" es lo que dona, desde la perspectiva del MLNV, carácter de "pueblo" a un conjunto social. Y, finalmente, "a la figura política concreta, expresión histórica, presentada en la situación, de dicho sujeto, la denominamos MLNV". Entendamos pues: para el MLNV "Euskal Herria" es un sujeto "que enuncia y desarrolla una posibilidad política emancipadora", cuya expresión política "la denominamos MLNV". No cabe mayor asimilación entre pueblo y expresión política. La propuesta de Batasuna no es sino un juego de máscaras verbales, bajo las cuales el propósito totalitario-revolucionario permanece intacto.

No olvidemos que, según el colectivo "una política no debe tener como guía principal referentes particulares, ligados a intereses concretos de grupo, clase o de comunidad en sentido sustancialista. Lo que ella diga, proclame y organice ha de ser universal y desinteresado. Aunque, eso sí, no en abstracto y sí partiendo de situaciones concretas, en nuestro caso Euskal Herria como nación independiente". Lo que nos está diciendo el colectivo es que "Euskal Herria como nación independiente" "no debe tener como guía principal a referentes particulares, ligados a intereses concretos de grupo, clase o de comunidad en sentido sustancialista". Iñaki Aldekoa, ex miembro de la Mesa Nacional de HB afirmaba "nosotros, socialistas, y por tanto no nacionalistas sino internacionalistas". Y el conocido teórico del MLNV, Jokin Apalategi, llegaba a apostillar: "no está de más recordar que el MVLN, es así como se autodenomina el nacionalismo vasco de nuevo cuño, prefiere el término abertzale o abertzalismo en sustitución del término nacionalismo, dado que este último desde finales del siglo XIX llegó a entenderse como doctrina que considera la nación el hecho fundamental y la finalidad suprema". Es decir, se considera que el MLNV ha creado un "nacionalismo de nuevo cuño" que no tiene nada que ver con el inventado, durante el siglo XIX, por Arana Goiri, ya que el MLNV es "internacionalista" y, además no "considera la nación el hecho fundamental y la finalidad suprema". Un nacionalismo auténticamente extraño. En este contexto, la apropiación por parte del MLNV de la palabra sabiniana "abertzale" no puede sino redundar en un engaño voluntariamente buscado.

Resumiendo: la propuesta de Batasuna, llamada propuesta de paz, cuyo pilar parece que es la exigencia del derecho de autodeterminación para Euskalerria, no es ni una propuesta de paz ni una propuesta nacionalista. Su objetivo es tratar de aparentar, frente a la opinión pública y los políticos nacionalistas, que es una propuesta "humanista" y "nacionalista". Nada más lejos. Todo lo contrario. Así llegamos a la verdad de sus palabras

Imanol Lizarralde