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Literatura
01 07 2004
Lenguas aborígenes del Perú, por Roberto Villegas Robles
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La articulación, el vocabulario y la gramática es obra del tiempo y del ejercicio orgánico. Su formación está subordinada al progreso en extremo lento de los órganos cerebrales y vocales, y de las costumbres sociales. El sonido humano convertido en palabra es, también, consecuencia de una serie de particularidades que responden a la morfología de los grupos humanos y es, asimismo, la historia del desarrollo de la inteligencia que abstrae, generaliza, analiza y tiende hacia una precisión siempre creciente.. El Perú es un país multiétnico y por lo tanto plurilingüe, esto por consecuencia de las variadas olas migratorias que se han sucedido en miles de años por hordas que poblaron el continente americano desde épocas inmemoriales. Las migraciones más importantes del continente se sucedieron por el estrecho Behring, el archipiélago de las islas Aleutianas y por las costas del Pacífico. Las migraciones hacia el Perú se hicieron desde el norte por etnias mesoamericanas y por el Océano Pacífico por grupos polinésicos. Unas y otras tuvieron lugar en diferentes épocas y tuvieron flujo y reflujo continental. Esto sucedió en miles de años y mientras las primeras migraciones fueron de hordas de cazadores, las siguientes fueron de grupos con cultura incipiente, medianas y, posiblemente, más evolucionadas. Las culturas de los antiguos grupos humanos de la gran región andina tuvieron grandes alteraciones superestructurales, sobre todo en el habla de muchas tribus, por motivos político sociales debido a la desaparición de pequeños grupas que al ser absorbidos por otros más grandes y poderosos, y también por los grandes imperios andinos al imponer estos su lengua, como por ejemplo el idioma runa simi de los incas, más conocido como quechua, medida por que una parte aceleró la extinción de numerosas lenguas regionales, y por otra, extendió entre pueblos de inconexión racial un idioma nivelador. En la época preinca existían muchas etnias, pueblos y tribus que hablaban diversas lenguas; el cronista Acosta indica que en el siglo XVI, en el Perú existían

más de setecientas lenguas locales. En la segunda mitad del siglo XIX J. D. von Tschudi, afirmaba que se conocía unos trescientos dialectos hablados corrientemente en la zona andina. Esta antigua profusión idiomática fue uno de los tantos factores poderosos que aislaron los grupos entre sí, los cuales no llegaron a formar unidades sólidas. En la costa norte, en los actuales departamentos de Tumbes y Piura, existió un grupo humano conocido como los Tallán, ellos hablaron la lengua Sec. En Lambayeque y La Libertad se habló, hasta fines del siglo XIX el Mochica, y en la zona central de la costa el Chincha. Vestigio de

estas lenguas es posible apreciarlos en la toponimia de algunas poblaciones e, inclusive, en algunas palabras que han perdurado y que conforman el conjunto de peruanismos. En la sierra de Lima estaban los Yauyos que pertenecían a los Warochiri y hablaban el Kauke, que mas propiamente debería llamarse Jakaru, éstos dominaban las cabeceras de los ríos Cañete y Mala y los valles superiores del Rímac y Lurín; esta lengua aún se habla en el distrito Tupe y en las localidades Aysa, cocra y Catahuasi; pertenece a la familia lingüística Jaqui, de la cual deriva el Aymara, lengua que perteneció a la cultural Tiahuanaco, que se extendió por el Perú. Los Uros, etnia ya extinguida en el Perú, pero que aún subsiste en Bolivia en los lagos Poopo y Aullaga, hablan el Puquina. El Valle del Mantaro fue habitado por los Wankas, hablaron la lengua del mismo nombre. Las zonas serranas de Ica y Arequipa y parte de Ayacucho, fue habitado por los Rukana, conocidos también por Lukanas, su idioma derivaba del quechua y se conocía con el nombre Wa-wasimi. Temibles guerreros fueron los Chankas que habitaron la región de Andahuaylas, parece que originalmente hablaron la lengua Aymara; al ser diseminados por los Incas, aproximadamente ocho mil guerreros al mando de Anquihuallo o Wanka-wallu, se refugiaron en la región oriental del Anti, en el actual departamento de San Martín; sus descendientes son los actuales Lamas. Muchas lenguas desaparecieron, de algunos sólo quedan menciones en las páginas que escribieron los cronistas, como la palabra cazabi, nombre con que se designaba a un pan de yuca que elaboraban los Nasca; esta palabra se ha extendido por la floresta tropical con una pequeña variante, pues en la actualidad se le conoce como cazabe. De todas las lenguas aborígenes mencionadas en la actualidad persisten, aproximadamente, cincuenta y siete. En la selva peruana hay, más o menos, doscientos cincuenta mil hablantes de éstas y de algunas variantes dialectales del runa simi o quechua. Para un mejor manejo de esta suerte de mosaico lingüístico, asumimos el ordenamiento de los especialistas, quienes las ubican en dos grandes Phylum: Ge-Pano-Caribe y Andino-Ecuatorial. El primero en dos troncos, éstos a la vez en tres familias y en cuatro sub-familias; el segundo en tres troncos, ocho familias y once sub-familias.


Campesinos quechuas

Hay que tener en cuenta que entre los miembros de una familia lingüística y otra no hay posibilidad de comprensión, lo mismo sucede entre una y otra sub-familia; mas bien hay grados o niveles de comprensión entre los grupos de una misma familia y también sub-familia, debido a la semejanza y diferencias entre sus lenguas. (Véase cuadro adjunto). La irrupción del castellano ha sembrado profundas raíces en la cultura peruana; esto si tenemos en cuenta el mayor o menor grado de prestigio cultural y social que representa entre quienes lo hablan. Es el actual idioma nivelador en nuestro país; por eso la mayoría de las veces se toma como ideal el castellano que se habla en la capital del país y en las ciudades capitales de los departamentos. La permuta, prestación, desaparición de palabra o vocablos,, es característica en todas las lenguas. Este proceso es símbolo de la dinámica que le insufla la socialización, y las características individuales de la persona. En ambos casos es consecuencia de un lento proceso cultural. En la capital del Perú se dan casos de creaciones de vocablos que pertenecen a un lenguaje particular de algunas esferas socio-culturales, tal es el caso de la jerga. En este lenguaje, que se distingue por una vida efímera en muchas de las veces, se toman prestaciones de diferentes idiomas, sea de la parte vulgar o de la culta. Aunque es bueno tener en consideración que muchas esta forma de lenguaje viaja a través de los pueblos y sobre todo en esta época en que las comunicaciones han roto las distancias, por eso muchas de estas palabras se usan en varios países. Es de notar la peculiaridad idiomática del castellano en el caso de los migrantes de la serranía hacia la capital, quienes por tener el quechua como lengua materna, aprenden el castellano como segundo idioma. Laboralmente ellos son la parte activa del país y su

migración es temporal o definitiva, según el trabajo que desempeñen. Se da el caso temporal en épocas en que el campo agrícola descansa y se ven en la necesidad de migrar para mejorar su exigua economía, también para comercializar sus productos agropecuarios y adquirir los que no producen. La migración definitiva sucede porque en los lugares en que moran no se dan las facilidades culturales no laborales, por esto viajan a las capitales de los departamentos o del país, donde tienen la oportunidad de ampliar sus estudios y donde serán absorbidos al encontrar, luego, facilidades de trabajo; otros familiares también emprenderán el mismo viaje al tener un pariente afincado en la cuidad y así sucesivamente hasta que la migración es familiar. Cuando la migración de una localidad es fuete, se reunirán formando clubes distritales, provinciales y departamentales, en donde celebraran toda una gama de fiestas y en las que revivirán las costumbres de sus localidades, conservando, de esta manera, sus costumbres culturales y hablarán en su lengua materna.


Algunos miembros de las tribus de la selva amazónica

PHYLUM GE-PANO-CARIBE TRONCO MACRO CARIBE FAMILIA PEBA-YAGUANA SUB-FAMILIA PEBA-YAGUA

- Yagua SUB-FAMILIA HUITOTO - Bora ‘Miamunaa

- Bora Muinane (en Colombia) - Ocaina Dyo’xaiga o Ivó’tsa - Huitoto o Huitoto Muinane

(Moenane) o Huitoto Murui o Huitoto Meneca (en Colombia)

TRONCO MACRO-PANO FAMILIA PANO SUB FAMILIA PANO CENTRAL - Amahuaca - Capanahua Nuquencaibo - Cashibo [del clan del murciélago] o Kakatayu Uni - Cashinahua (Caxinyo) Junikuin - Isconahua

Iscoaquebu - Sharanahua Onicoin o Mastanahua - Marinahua (Marinaua) - Mayoruna Matsé - Shipibo [del clan del mono frailecillo] (Shipibo, Calliseca, Pisquibo, Chama) o Conibo (Cunivo, Curibeo) [del clan de la ánguila] - Chaninahua - Remo - Yaminahua FAMILIA TACANA SUB-FAMILIA TIATINAHUA - Huarayo (Guarayo, Guacanhua) Ece’ja PHYLUM ANDINO ECUATORIAL TRONCO ANDINO FAMILIA ZAPAROANA SUB-FAMILIA ANDOANA - Andoa (Shimagae, Semigae) - Iquito (Amacacores, Puca-uma, Quiturran) - Arabela (Chiripuno) Tapueyocuaca FAMILIA CAHUAPANA SUB-FAMILIA CHEBEROANA - Chayahuita Canpo píuapi - Jebero (Severo, Chebero) Shiwilu FAMILIA QUECHUA AYMARA SUB-FAMILIA QUECHUA - Quechua de Ancash (Ancax) [con Culli] - Quechua de Ayacucho [con Pokra] - Quechua de Junín [con Huanca] - Quechua de Pastaza Inga - Quechua del Napo (Quijo, Santarrosino) - Quechua de San Martín (Lamisto, Motilón, Lama)

Llawash - Quechua del Cusco Runa simi SUB-FAMILIA AIMARA [JAQUI O JAQUIMARA] - Aimara - Kauke Jakaru FAMILIA JIBAROANA SUB-FAMILIA JIBARA - Aguaruna Aents - Huambisa Shuar - Achual

Aents - Jibaro Aents, Jíbaro, Mainu -

TRONCO MACRO-TUCANO FAMILIA CATUQUINO-TUCANOANA SUB-FAMILIA TUCANOANA - Orejón (coto) - Secoya - Angutero (Encabellados) SUB-FAMILIA SIN CLASIFICACIÓN - Ticuna (Tucuna) FAMILIA SIMACU (SHIMACU) - Urarina -



TRONCO ECUATORIAL FAMILIA ARAHUACA SUB-FAMILIA PRE-ANDINA - Piro - Machiguenga [Matsiguenga] -

Kugapakori - Amuesha Yanesha - Campa del Gran Pajonal [Asháninga o Ashéninca] - Campa Nomatsiguenga - Masco (Mashco)

- Sapiteri - Toyoeri - Amarakaeri SUB-FAMILIA ARAUANA - Culina FAMILIA TUPÍ-GUARANÍ SUB-FAMILIA TUPÍ - Cocama (Ucayali, Xibitaona, Huallaga) - Cocamilla - Omagua

 

ACERCA DEL AUTOR

Roberto Villegas Robles, Lima, 1938. Pintor, crítico de arte y experto en arte popular. Ha ejercido la crítica de arte en “7 Días del Perú y del Mundo”, revista del diario La Prensa; El Comercio; diario oficial El Peruano; y, El Sol. Asesor del “Boletín de Lima”. Ejerce la docencia en la Universidad Federico Villarreal; en CENFOTUR; Universidad Inca Garcilaso de la Vega. Es profesor titular en la Escuela Nacional Superior Autó-noma de Bellas Artes de Lima. Miembro fundador del Instituto Andino de Artes Populares (sede Perú), de la Asociación de Educación por el Arte, de la Asociación Peruana de Artista Plásticos (ASPAP) y de la Asociación Internacional de Críticos de Arte (AICA). Coautor de “Arte Popular de América”, Barcelona, 1981 y de “Artesanía Peruana. Orígenes y Evolución”. Arequipa, 1991. Autor de “Artesanías Peruanas”, Lima 2001.