El uruguayo Lorenzo Villizzio estaba sentado en una de las oficinas de la FIFA en medio de los preparativos para Mundial de Suecia. Entre los trámites burocráticos, la planilla de una de las selecciones sudamericanas participantes lo puso en aprietos: Brasil había olvidado asignar los números de las camisetas para sus jugadores. La numeración en la espalda se había implementado en el Mundial de 1950 y desde el de 1954 se había establecido que cada futbolista vistiera el mismo dorsal durante toda la competencia. Villizzio tuvo que decidir qué hacer a su criterio, porque no había tiempo ni comunicaciones rápidas para que los brasileros remienden el asunto. Dicen que lo hizo al azar y el 10 fue un pleno: le tocó a Pelé, un pibito de 17 años que sería la figura de la sexta edición mundialista.

Pero si tenemos en cuenta que en el Tarot el 10 es la rueda de la fortuna, que en la numerología es la perfección y la destreza, que en las matemáticas es el origen de todo porque el hombre cuenta desde hace siglos con los diez dedos de las manos y que los mandamientos católicos también son diez, habrá que pensar que la casualidad no fue casual. Por eso lo de Villizzio no fue de pura suerte por más que no se haya dado cuenta. La decisión debe haber tenido el influjo de todo el universo para que el 10 sea la marca registrada que necesitaba el fútbol. Usando una metáfora de juego y atravesando todos estos años, digamos que Pelé armó la jugada, que Maradona la definió y que Messi se está llevando todas la regalías. Claro que antes hubo una prehistoria.

Los ingleses patentaron la numeración en las casacas a mediados de la década del 20 del siglo pasado, en el inicio del profesionalismo. Lo hicieron, básicamente,  para identificar a los jugadores; al punto que en un comienzo un equipo jugaba con números del 1 a 11 y el otro del 12 a 22. Con el paso de los años, los dorsales empezaron a estar vinculados con la ubicación en el campo de juego, por eso el arquero era el 1 y los primeros que usaron la 10 fueron los delanteros centrales. En aquellos tiempos se registró el primer antecedente en Argentina, en una gira de un equipo escocés por estos pagos. Como ellos venían “numerados” (así se los llamó en esa época, según algunos registros), el combinado nacional –un intento de selección- tuvo que estampar números y lo hicieron en el frente de unas camisetas claras. Lo registra el Tomo 2 de la Historia del Fútbol Argentino de 1955 y Oscar Barnarde, miembro del Centro de Investigación de la Historia del Fútbol (CIHF) aporta: “El primero en usar la 10 fue Seoane, un gran jugador de Independiente. Fue el 17 de junio de 1923, el combinado nacional se llamó “Del Sud” y jugaron frente a un equipo escocés llamado Third Lanark”.

Pasarían un par de décadas más para que la obligación de los números empezara a sembrar el fenómeno de la historia del 10. A pedido de unos jueces ingleses de importación, la AFA se adecuó a las normas mundiales y el 15 de junio de 1949 los números salieron a la cancha por primera vez para sorpresa de todos los hinchas. Nadie puso especial cuidado en los jugadores que llevaban ese número mágico, porque al fin de cuentas todavía no había aparecido Pelé. El primer hito de Argentina con la 10 se dio con el legendario gol de Ernesto Grillo a los ingleses en el Monumental, en 1953. Aquella jugada que marcó una época y que es parte de nuestra historia está registrada con la 10 en la espalda del extraordinario jugador de Independiente. Tiempo adelante, con la aparición de Omar Sívori la tradición no se detuvo, ya que en otro equipo inolvidable, los “Carasucias” del Sudamericano de Lima 1957, el Cabezón hizo brillar ese número. También lo usaría en Italia, en la Juventus, y en el Mundial de 1962, en Chile, con la Azzurra. Esas perlas aún no eran collares, pero advirtieron el fenómeno.

En los 70, ya con la imagen de Pelé batiendo el parche por todo el mundo con las giras del Santos y en especial con el terrible Mundial que hizo en México, la identificación del 10 fue insoslayable. Si antes, en estos lados, el 10 era Sanfilippo, Labruna o el Tanque Rojas, los tiempos que siguieron fueron los de Babingnton, Bochini, Alonso, Wilington, Zanabria y Potente, entre otros. La semilla del 10 clásico ya daba sus brotes y florecería con Maradona. La segunda fundación de esa camiseta se dio con el arribo de Pelusa y la imagen del 10 en el Mundial juvenil de 1979, en Japón, selló el fenómeno para el segundo reinado. Fue tan fuerte el tema del número que en el primer mundial del Diego, en 1982, la FIFA aceptó cambiar el orden alfabético para el reparto y Patricio Hernández cedió ese número al nuevo rey.

Luego en los 90, cuando ya todo había explotado, los jugadores figuras de sus equipos, fuesen enganches o delanteros, pedían la 10. Es que los hinchas iban a la cancha y lo primero que buscaban en el rival era al 10. No debe haber en el mundo un espectador que no haya preguntado al vecino de platea o popular, “¿Quién es el 10 de ellos?”. A la sombra de Maradona se multiplicaron los 10 en todo el mundo. El Pibe 10 o el 10 de Oro fueron las marcas que patentó el de Villa Fiorito y que desembocaron aquel espectáculo de televisión, la “Noche del 10”. El héroe ya había logrado que el número fuese sinónimo de su nombre. 

Por reglamento, desde 1997 los clubes argentinos comenzaron a entregar planillas en las que cada futbolista tenía asignado su número para toda la temporada. Así, la 10 de cada equipo comenzó a tener dueño fijo. Fue en el Apertura de ese año, y no por casualidad, que Maradona uso por última vez esa camiseta en Boca antes de decir basta. Los demás clubes también anotaron nombres que se recuerdan. En River, a pesar de Ariel Ortega y Enzo Francescoli, se la dieron a Marcelo Gallardo. San Lorenzo tuvo a Pipo Gorosito. A los 39 años y con el título del jugador más veterano, Omar Arnaldo Palma se calzó la 10 en Rosario Central. Además, en Huracán la usó el Rolfi Montenegro y Daniel Garnero en el Rojo. Por esos tiempos el fenómeno de las ventas de camisetas iba a explotar un gran negocio de las marcas de indumentaria deportiva con la camiseta que más buscaban los hinchas: la 10 de su equipo. 

Como resumen de todo, Messi llegó para subirse al trono desde Barcelona. Esa casaca que usaba Ronaldhino le quedó estampada en la espalda. Fue en el verano de 2008 cuando el chico que creció en Rosario y se hizo hombre a orillas de Mediterráneo se convirtió en un ícono mundial del fútbol. Desde entonces, la camiseta blaugrana con el número 10 es, a todas las luces, la más popular del mundo entero.

Clubes que retiraron la 10

-El primero fue el Cosmos, que el 1 de octubre de 1977, el día de la despedida de Pelé, decidió hacerlo en el momento que el Rey pasó a jugar el segundo tiempo para Santos en ese amistoso. Se fue Pelé y se la llevó.

-En homenaje a Maradona el Napoli lo hizo en el año 2000 y aunque después la volvió a incluir en la tercera división en la actual plantilla el número del más amado en el sur de Italia no tiene dueño.

-En noviembre de 2001, pocas semanas antes de la fiesta de despedida de Maradona, la AFA decidió retirar la 10. Por las eliminatorias, ante Uruguay, se jugó sin ese dorsal y los cuatro amistosos previos al triste Mundial tuvieron el mismo sello. Para en Corea y Japón se debió cumplir con la reglamentación de FIFA y la lució Ortega.

-Otros casos conocidos con los de Brescia por Robby Baggio luego de su retiro en 2004, el Honved de Budapest en homenaje a Puskas, el Legia Warsaw por el polaco Kazimierz Deyna y el Club Deportivo Futbolistas Asociados Santanecos, de Honduras, la colgó por Jorge Alberto “Mágico” González.

LOS 10 EN LOS MUNDIALES

-Brasil 1950. Uruguay ganó la Copa y el 10 fue Oscar Omar Míguez, goleador del equipo con cinco tantos en cuatro partidos. Mundialista otra vez cuatro años después, en Suiza la tuvo Schaffino, otro histórico del fútbol oriental.

-Suiza 1954. Alemania ganó y fue Werner Liebrich el 10, un defensor que jugó cuatro partidos. Pero las grandes figuras del Mundial fueron los delanteros Ferenc Puskas, de Hungría, y Erich Probst, de Austria, ambos con la casaca 10 en sus equipos.

-Suecia 1958. Brasil campeón con Pelé, el primero que le dio un valor simbólico a la camiseta 10. Ese mundial para Argentina la 10 la uso el delantero Alfredo Rojas, que jugó dos partidos.

-Chile 1962. Brasil otra vez campeón y Pelé otra vez el 10, pero solo jugó  cuatro partidos aquejado por las lesiones. En Argentina el 10 fue José Sanfilippo y Sívori vistió el mismo número pero con los colores de Italia.

-Inglaterra 1966. El anfitrión alzó la copa ganador y la 10 la llevó Geoff Hurst, autor del 1-0 ante Argentina y de tres tantos en la final; aunque su jugador figura fue Bobby Charlton. En Brasil la mantuvo a Pele, cazado por sus rivales. Argentina se la dio a Rattín, que jugaba de volante de marca; aunque hubo otro argentino que también la uso: Hector De Bourgoing, un delantero misionero nacionalizado francés que jugó un partido y anotó un gol para los galos.

-México 1970. Brasil tuvo nuevamente a Pelé como figura con la 10, quizá fue el inicio de la explosión del fenómeno. Ya en ese mundial el 10 lo usaba el jugador más creativo, en especial en tierras sudamericanas. En Perú era de Teófilo Cubillas y en Uruguay de Ildo Maneiro.

-Alemania 1974. El seleccionado germano fue campeón y la 10 la vistió Guenter Netzer, que apenas jugó un partido. En Holanda se la debió haber puesto Cruyff, pero la usó el delantero Rene Van De Kerkhof. En Argentina le tocó a un defensor, Ramón Heredia. En Brasil se mantuvo la tradición con Rivelino e Italia se metió en esa historia al dársela a Gianni Rivera.

-Argentina 1978. Argentina campeón y la 10 debía ser de Alonso. Ya la historia con esa camiseta estaba firme porque al Beto le decían el Pelé Blanco. Pero se la dieron a Mario Kempes, a quien le tocó por orden alfabético, y fue la gran figura de ese Mundial. Zico y Platini que ya usaban la 10, acá no se la pudieron porque el reparto era alfabético.

-España 1982. Italia fue campeón y la 10 le tocó a Giuseppe Dossena, que ni la estrenó. Fue el debut de Maradona con la 10 en los mundiales. Brasil tuvo ahora sí a Zico, Francia a Platini y España a Zamora.

-México 1986. Argentina ganó y la 10 de Maradona se inmortalizó para siempre. Así como Pelé tuvo su época, Diego y la 10 daban una segunda fundación al número en cuestión. Fue la primera copa donde las figuras en general llevaban la 10: Platini, Zico, Adolfino Cañete, Larssen, Lineker y Francescoli.

-Italia 1990. Alemania campeón y Lothar Matthaeus con la 10, Argentina tenía aun a Maradona. Italia, que fue tercera, no se la dio a Baggio e Inglaterra mantuvo a Lineker; Holanda ya contaba con Ruud Gullit, Brasil sorprendió con Silas, en Colombia la llevó Valderrama y Uruguay Rubén Paz.

-Estados Unidos 1994. Brasil fue campeón con Rai portador de la 10, a pesar de no ser la figura porque los delanteros, Romario y Bebeto, se llevaron todo. En Argentina fue la última vez que la usó Maradona. Italia por fin hizo honor y se la dio a Robby Baggio. Otro 10 figura fue Gheorghe Hagi, de Rumania.

-Francia 1998. El genial Zinedine Zidane llevó al 10 en el campeón, Francia, y el influjo del número ya era un imán para las figuras: Rivaldo, Laudrup, Ortega, Del Piero, Raúl (delantero que pidió la 10) y Dragan Stojkovic.

-Japón-Korea 2002. Brasil alzó su quinta copa del mundo y mantuvo la 10 en Rivaldo; Italia sostuvo la tradición esta vez con Totti, Argentina bancó a Ortega (el 10 post Maradona), Inglaterra se la dio a Michael Owen y Jay Jay Okocha apareció como el primer gran 10 africano.

-Alemania 2006. Italia por fin volvió a ser campeón con un 10, el gran Totti.  Argentina le dio la 10 a Riquelme, aunque ya Messi estaba en el plantel. En Brasil la llevó Ronaldhino y Zlatan Ibrahimovic, en Suecia, no se iba a perder la oportunidad de los flashes.

-Sudáfrica 2010. España ganó su primera copa y Cesc Fabregas tuvo la 10. Argentina inicio la era Messi, el tercer gran 10 en aparecer en la historia. Forlán la quiso para usarla en Uruguay, Podolsky en Alemania, Rooney en Inglaterra y Blanco en México, todos ellos delanteros que se avivaron.

-Brasil 2014. Alemania ganó y Podolski se agregó a la lista de los delanteros que no se perdieron la chance del 10. Neymar la usó en Brasil, Messi la mantuvo en Argentina y James Rodríguez la utilizó para Colombia.