Güemes: el hacedor de la Guerra Gaucha

''La memoria del caudillo salteño permanece viva en su provincia gracias al culto que se le rinde como guerrero y ''Padre de los Pobres'', pero la dimension histórica de Güemes merece una consideración mas amplia como defensor de la frontera norte en las sucesivas invasiones realistas y por su peculiar forma de lucha, la Guerra Gaucha, que sorprendio a los realistas.
Su vida privada, sus efectos, su relacion con otras figuras fundadoras, como San Martin y Belgrano contribuyen a la comprensión del hombre y de su época durante las guerras por la Independencia''

Todos los años durante la víspera del 17 de junio, ocurre en Salta y en algunas otras ciudades un fenómeno sin precedentes ni semejanzas en el resto del país. La fatídica noche en que el general Martín de Güemes dejó este mundo, es recordada por el pueblo a casi doscientos años como si fuera la muerte de algún contemporáneo, conocido y amado. Mientras en el monumento al pie del cerro San Bernardo se reúnen muchas familias y grupos de jóvenes para pasar la noche cantando y tomando vino con especies, en la quebrada de la Horqueta se lleva a cabo la ''Guardia bajo las estrellas''.

El culto al caudillo:
La ceremonia de ''Guardia bajo las estrellas'' recuerda con oraciones, cantos y discursos la vida y la muerte del general Martín Miguel de Güemes. Al día siguiente la ciudad de Salta, engalanada y festiva, acude a desfilar o a ver el interminable paso de gauchos y paisanas de todas las edades y clases, en sus caballos de variados pelajes, cepillados y enjaezados con especial dedicación, como una manera de honrar al General elegido por San Martin, al ''Padre de los Pobres'', al defensor de la Patria, quien con su acción constante y heroica, secundado por sus compañeros, supo combatir a los poderosos ejercitos realistas y echarlos de su tierra. Nos preguntamos por qué este héroe nacional, después de casi doscientos años de su muerte, convoca a sus seguidores, con emoción sincera en tanto sus detractores tratan de restarle jerarquía en el panteón solemnizado de los héroes. Ambos grupos coinciden sin embargo, en llamarlo ''el general gaucho'' o ''el guardián de la frontera norte'', aspectos periodístico-folkloricos que hacen olvidar los verdaderamente importantes: en primer lugar, que sus miras eran altas como las de San Martín y Belgrano; su visión abarcaba toda Hispanoamérica, no sólo su provincia o su ''feudo''. Y por último, en 1820 fue nombrado general del Ejercito de Observación por el propio San Martín con la misión -casi imposible en ese momento caótico- de avanzar hacia el Alto Perú y atacar por retaguardia las fuerzas realistas. Sin embargo, a pesar de todas estas hazañas, para muchos fue solo un gaucho mas. En otro nivel, sin aportar ningun documento, hay quienes tratan de menoscabar su figura apelando al ridículo, seres mezquinos que repiten los datos equivocados porque no soportan la grandeza de otros...
En cuanto a su popularidad, es sabido que el pueblo siente una devoción especial por los que sufren una muerte violenta e injusta. Los considera representantes del Bien y víctimas del Mal, y les da trato de santos cívicos. La historia del jóven general salteño, tan amado y tan odiado, tiene elementos propios de la leyenda y atibutos de héroe popular: su personalidad carismática en el trato con hombres y mujeres, aspecto noble y arrogante, consumado jinete; hombre generoso y justiciero, admirado por sus fieles gauchos y esposo de una bella mujer; padre de los pobres y azote de los ricos y prepotentes, que, por añadidura, fue muerto en forma violenta y a traición en la flor de la edad.
Decidido patriota, sacrifico su vida y murió peleando por la libertad de su tierra.
El culto a Güemes está fundado en conductas reales y análisis racionales pero lleva una gran carga de esa emoción, del entusiasmo que supo despertar en hombres y mujeres desde el día de su muerte hasta el presente. Su figura poderosa y a la vez romántica, tiene por sí sola un interés especial. Ubicarla en su tiempo y entre su gente la acerca y nos ayuda a comprenderla. Así como no podría existir Güemes sin sus gauchos, tampoco hubiera sido posible esta epopeya de valor y patriotismo sin las acciones y el clima de la época, además de la geografía del lugar o, más ajustadamente, sin espíritu de la tierra que lo vio nacer.

Una familia hispano criolla:
Martín Miguel de Güemes nació en Salta en tiempos virreinales, el 8 de febrero de 1785, dentro de una familia tradicional y próspera de padre español y madre jujeña. La aventura virreinal de don Pedro de Cevallos había tentado a un interesante núcleo juvenil de funcionarios y comerciantes españoles entre los que se destacaban Gabriel de Güemes Montero y sus amigos José Antonio y Francisco de Escalada y José Manuel Bustillo. Originarios del valle de Carriedo, en la provincia Vasca, todos decidieron embarcarse hacia el Río de la Plata.
El siglo XVIII, entre otras cosas, enalteció el comercio con mayúscula dándole primera categoría en el ranking de las profesiones. En el Río de la Plata se cotizó muy alto para marido el comerciante español con fortuna y cultura.Consecuencia: los apellidos tradicionales de la sociedad salteña pasaron a ser los de aquellos comerciantes o funcionarios recien llegados de la península mientras los hispanos-criollos seguían luciendo sus blasones algo deslucidos. La mayoría de los apellidos salteños tradicionales llegaron durante el siglo XVIII.
Güemes Montero se instaló en Jujuy pues había sido designado tesorero oficial de las Cajas Reales. Al poco tiempo conoció a la quinceañera Magdalena Goyechea de la Corte, una de las mas lindas jujeñas de la elite local y no tardó mucho en pedirla en matrimonio. Martin Miguel fue el segundo de los nueve hijos que tuvo esta prolífica pareja. Su infancia transcurrió, como la de casi todos los chicos de su condición, entre la ciudad y las fincas de su familia, alternando sus estudios con el conocimiento empírico de la tierra y su gente. Desde niño sintió el efecto de ''esos hombres mansos pero recios y curtidos que introducen al 'patroncito' en las maneras y costumbres de su vida''. De ellos aprendió todas las tareas del campo: enlazar, arrear ganado, domar un potro o atravesar a la carrera los tupidos montes, como correspondía a todo buen hacendado o estanciero. Estudió en el ex colegio de los jesuitas y luego tuvo como profesor particular al jurisconsulto Manuel Antonio Castro. Desde los 14 años siguió la carrera militar: primero en el ''Fijo de Infantería'' de Salta y luego en Buenos Aires, donde tuvo la oportunidad de combatir contra los invasores ingleses y afianzar amistades con porteños como los hermanos Pueyrredon, que durarían toda la vida.
En esos días ocurrió en Buenos Aires un hecho muy curioso: al bajar la marea del Río de la Plata uno de los barcos ingleses. el Justina, quedó varado a metros de la costa. Güemes y sus compañeros húsares lo vieron y sin mucho conciliábulo espolearon sus caballos y abordaron el barco ante los ojos incrédulos de la tripulación. Ofrece un fenómeno raro en los acontecimientos militares, que '' 'un buque haya sido abordado y capturado por caballería', como fue aquél, ya al cerrar el día, 12 de agosto de 1806''.

Bicentenario de la Batalla de Tucuman

El 24 de septiembre del 2012 se cumplieron 200 años de la batalla de Tucuman y el Poder Ejecutivo Nacional decidio que, por unica vez, sea feriado.
La ponderacion de la batalla me parece oportuna aunque no deja de sorprender esta reivindicacion de la efemeride de un hecho militar. Precisamente la ''historia de las batallas'', ha sido tan vapuleada como sos protagonistas y ya no se estudia en los colegios y tampoco en los profesorados ni en las universidades que dictan la carrera de Historia. Sin duda, alguna ''culpa'' tienen los viejos metodos de enseñanza, que utilizaban el estudio memoristico del hecho factico sin recurrir al contexto o a las razones de fondo para comprender mejor tal o cual episodio.
Pongamos por caso la batalla de Tucuman que hoy nos ocupa: explicar el despliegue militar, la cantidad de armas y como lucharon los distintos cuerpos del ejercito puede ser interesante para un publico que gusta y aprecia la historia militar; de hecho estos estudios no han sido abandonados y gozan de buena salud. Pero importa mas dar cuenta de que sgnifico aquel triunfo para la construccion de las fronteras patrias; señalar el compromiso de la gente cuando -a pedido de Belgrano- realizo el exodo jujeño para evitar el aprovisionamiento de los realistas; y comprender el significado de la desobedencia de Belgrano a las directivas del Primer Triunvirato que le habia ordenado retroceder y no hacer frente al ejercito invasor. Ignoramos que hubiera pasado si nuestro procer hubiera acatado la orden de retirada, pero sin pretender dar explicaciones contrafacticas, hay evidencias que permiten afirmar que despues de la derrota patriota en Huanqui, en junio de 1811, practicamente se habia perdido el Alto Peru. Tras quel triunfo por el cual consolidaron sus posiciones en la region situada entre el lago Titicaca y el rio Desaguadero -limites del virreinato del Rio de la Plata- , los ejercitos realistas comenzaron a expandirse por el actual territorio argentino. Por eso resulto decisivo el ''freno jujeño'', y el presentar batalla en Tucuman primero y en Salta despues, en febrero de 1813. En efecto, la organizacion y plan estrategico de Belgrano logro mantener la independencia de la region -disputados por los bien pertrechados ejercitos del rey-, y frenar su avance. Como habia sucedido en Jujuy, en su caracter de jefe de la Segunda Expedicion al Alto Peru conto con el apoyo del pueblo tucumano que preparo la defensa de la ciudad y espero a los realistas que, tomados por sorpresa, fueron finalmente derrotados. No era poca cosa.
Luego y volviendo a cometer un error, el Triunvirato le exigio a Belgrano avanzar con sus maltrechas tropas hacia Potosí. Es conocido el desenlace de las derrotas de Vilcapugio y Ayohuma que confirmaron definitivamente la perdida del Alto Perú.
Como consecuencia de esto, el general San Martín relevó a Belgrano como jefe aunque por su consejo encomendó la defensa de la frontera norte exclusivamente a los gauchos de Güemes mientras él se fortificaba en Tucumán.
Luego emprendió la gran empresa de cruzar la cordillera de los Andes para liberar a Chile y Perú pero eso ya es otra historia.
Ya de regreso en Buenos Aires, Belgrano fue enviado a Europa por el nuevo gobierno con la misión de buscar apoyo y reconocimiento al gobierno revolucionario. En esta nueva tarea y en las posteriores, el creador de la bandera no sólo retomó su profesión de abogado sino también su compromiso político, ayudando con febril empeño a dotar de un gobierno a las recientemente creadas Provincias Unidas de Sud América. No en vano este hombre que supo cosechar éxitos y fracasos en la distintas facetas de su vida, es uno de nuestros próceres mas queridos. Tal vez por eso, siempre conviene revisar su heroica gesta junto a otros distintos aspectos de su personalidad, porque ambos dan cuenta del esfuerzo y la predisposición de Belgrano, aún para emprender -si la patria lo requería- cualquier tarea por mas titánica que fuera.  Allí cobra nuestro prócer su enorme dimensión que lo eleva al panteón indiscutido de los forjadores de nuestra Nación.
Este reconocimiento es no sólo a la gesta heroica del soldado que supo desempeñar con honor la función de jefe del Ejército de la segunda expedición al Alto Perú, sino para aquel hombre que supo estudiar y aprehender las nuevas ideas y ponerlas al servicio de las nacientes naciones.

Los sueños y los rituales mortuorios en Jujuy

Mi exposición, se referirá a los sueños y  a las prácticas rituales mortuorias registradas en el Departamento del Carmen, ciudad Perico,  Provincia de San Salvador de Jujuy.
En distintas culturas el "alma" es entendida de maneras diferentes, pero que en general se pueden encontrar dos tendencias:  la postura cristiana concibe al alma como única y sólo abandona al cuerpo físico después de la muerte; mientras que las creencias del noroeste argentino , concibe al ser humano constituido por una multiplicidad de nunas[1] / ajayus[2].
Al comparar estas propuestas con los relatos de los curanderos/médicos; podemos decir que en el mundo intencional del indígena latinoamericano existe un acuerdo general de que la experiencia onírica es ocasionada porque el espíritu, alma o sombra sale del cuerpo del durmiente; y puede entrar en contacto con divinidades, muertos y con espíritus de otros seres humanos vivos.
Es por eso que las almas de los vivos que actúan apartadas de sus cuerpos, se les atribuyen el don de sorprender el porvenir que les espera cuando vuelvan a su vida ordinaria y ver con anticipación lo que debe suceder, porque dicen que el espíritu apartado de la envoltura que le ofusca, posee la suprema memoria y clarividencia para acordarse de todo lo pasado, interpretar y descubrir en las figuras, en los símbolos y en los enigmas que se le presentan en sueños.
La muerte para nosotros es solo un pasaje que se hace a otro estado, en el cual también vamos a pasar una serie de experiencias al igual que la vida.
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Autora: Amalia Vargas.