Casa Montañés

La Casa Montañés

El inmueble sito en el número 16 de la calle de San Agustín, históricamente conocido por Casa Montañés, en clara referencia al patronímico de sus moradores, y cuyo artífice fue el sargento mayor de caballería, Don Francisco Gabriel Montañés del Castillo y Machado, es una muestra sobresaliente de la arquitectura civil canaria del Siglo XVIII que fue adquirido por la Comunidad Autónoma de Canarias en 1985, y destinado desde 1986 a residencia oficial de la única institución autonómica con sede oficial en Aguere, el Consejo Consultivo de Canarias.

El deterioro del inmueble por el transcurso del tiempo fue significativo, circunstancia que demandó una rehabilitación y restauración considerable, aunque con respeto absoluto a sus elementos originales.

Las obras de restauración y rehabilitación comenzaron en 1985, desarrollándose por fases. La primera, referente a la zona anterior de la finca se inició en 1985 finalizando con su inauguración el 9 de junio de 1988, mientras que la segunda corresponde a la zona posterior del inmueble culminaron el 17 de marzo de 1994.

La edificación, que se corresponde con el modo tradicional canario, consta de dos plantas, paredes de piedra y barro, encaladas de entramados horizontales, con techos y galerías de patio en madera de tea. En el dintel de su portada luce el escudo de armas del linaje de los Montañés; traspasada la puerta principal, el zaguán comunica con un primer patio interior, en cuyo centro está situada una fuente de piedra. Las habitaciones de la parte anterior, espaciosas, constituían las estancias principales, mientras que en el patio posterior se ubicaban las dependencias del servicio e intendencia del inmueble.

Igualmente, merecen mención especial las pinturas murales de reciente inauguración de la escalera principal y, en la planta alta, las obras de finales del XIX pertenecientes a Marcelino Oraá y Cólogan, así como las lámparas, consolas, espejos y otros elementos ornamentales originales del inmueble.

El Edificio

El edificio que nos ocupa es una de las mejores y más representativas muestras de la arquitectura civil lagunera del Siglo XVIII.

Se trata de una construcción de dos plantas (según puede leerse en el eje que contiene la portada) más entreplanta (que no ocupa la totalidad de la planta construida y se concreta sólo en torno al patio principal). En el cuerpo de edificación que separa los dos patios, en los que se organiza, se eleva una planta más en altillo, destinada a granero despensa.

La simple lectura de la fachada da ya una clara idea de la organización interior al establecerse una clara jerarquización de los huecos: mayor la portada de acceso; en segundo lugar los de ventana de planta alta que corresponden a la zona noble de la residencia; menores los de entreplanta cuya sola existencia, exactamente a medio nivel entre las plantas alta y baja, indica actividades comerciales de sus moradores puesto que en ella se desarrollaban funciones de oficina (en las operaciones de limpieza se encontraron algunos documentos que fueron depositados en el instituto de Estudios Canarios y que, a pesar de su mal estado, permiten conocer relaciones comerciales de esta familia con la de los Carta); finalmente, las dependencias de la planta baja (almacenes, bodegas, etc.... ) se iluminan por ventanales apaisados.

La Fachada

Estéticamente, salvo la portada con un elemento de cantería barroco que enmarca el blasón familiar en mármol blanco (muy usado para este menester en La Laguna y La Orotava) el resto se configura como un edificio a la manera tradicional canaria con huecos en madera de Tea (Pinus Canariensis) de formulación conocida con acristalamiento exterior de guillotina y bancos en el abocinado de los huecos de ventana con definición de molduras y cojinetes diferentes en ambas plantas; los ventanales de planta baja incluyen rejas de forja reticular con elementos interpenetrados.

La organización es decididamente simétrica con la portada bajo el hueco central de planta alta, que los contiene en número impar.

Esta voluntad de simetría en la composición de fachada es uno de los rasgos más característicos de nuestra edificación urbana del siglo XVIII, de la que son buena demostración las dos observaciones siguientes:

  • Cuando el número de huecos de la planta alta es par, la portada se encaja entre los dos centrales casi de forma forzada tal como puede comprobarse en la propia ciudad, en las casas Mustelier (1739) y Franco de Castilla (siglo XVIII), ambas en la Calle Herradores.
  • En la casa Montañés, esta centralidad de la puerta divide la entreplanta, dejando a uno de sus lados solo una estancia que necesita para su acceso de escalera propia, al quedar desconectada del resto.

En el resto de la fachada cabe destacar zócalo y encintados laterales de cantería (señalaban la preeminencia de la edificación sobre las vecinas), la fuerte molduración de los basamentos de las jambas de la portada, y la cornisa, también de cantería, que apea el alero de teja.

El interior

En el interior, y tras pasar el consabido zaguán que dispone de urinarios de cantería a ambos lados de la puerta exterior, la casa se organiza en torno a dos patios claramente jerarquizados.

El anterior o principal con galería superior de circunvalación completa (a pesar de no haber estancias a la derecha) apeada en tres de sus lados por pies derechos que salvan la altura de planta baja y entreplanta a la que se accede doblemente, desde la entrada, por escaleras tras la puerta del zaguán y desde la vivienda por el descansillo de la escalera principal situada al fondo derecha y cubierta con un entramado plano por ser piso del granero. En planta alta la crujía a la calle, orientada al Sur, contiene la tradicional organización de salón y gabinete (éste permitía hacer un aparte, para reunión más íntima) disponiéndose a la izquierda las restantes habitaciones (dormitorios) de los señores; al fondo, junto a la escalera, se sitúa el comedor (por el que puede salirse al segundo patio) y que, manteniendo un criterio tradicional que la trata desde el interior como un espacio exterior, se asoma a la escalera por ventana de calle al igual que lo hace la galería perimetral por balcón. Esta galería no es de ancho uniforme manteniendo un criterio jerarquizado de las circulaciones, y cobrando especial relevancia en la antesala, dotada de puerta-capilla para ejercer circunstancialmente de oratorio.

Las Galerías

Es especialmente destacable que estas galerías se cubran con techos a cuatro aguas en un alarde de riqueza formal ya que lo usual es a una sola, continuación del techo de las dependencias anexas. El patio posterior de rango inferior se organiza también con una galería perimetral de la que el lado derecho carece realmente de funcionalidad y sólo se justifica estéticamente.

Inicialmente la galería se reducía sólo al costado Norte, en que se dispone, fuera de todo soleamiento directo, la destiladera frente al comedor y la escalera de acceso al altillo. Las dependencias del costado izquierdo inicialmente presentaban ventanas al exterior, pero la ampliación de estas dependencias y la apertura de huecos para asomarse a la desaparecida huerta posterior, sobre el portón por donde penetraban los carruajes que accedían por la calle del Pino (Viana), provocó la aparición de las restantes galerías apeadas mediante durmientes y jabalcones a las paredes, mientras la galería primitiva se apea sobre pies derechos. En este patio no existe entreplanta y las dependencias forman sólo una L con los lados al norte y poniente. Entre ambos patios y en tercer nivel se halla el granero, con dos ventanas al sur y dos estrechos huecos abocinados hacia el interior y dispuestos en los (hastiales) de poniente a naciente para posibilitar una circulación cruzada del aire que elimine humedades y favorezca el secado.

Constructivamente, el edificio se materializa en el siguiente sistema:

  • Paramentos verticales de mampostería de piedra y barro encalados para evitar la meteorización de éste.
  • Entramados de planta, escaleras, galerías y techo de madera (inicialmente siempre tea) al igual que todos los huecos de puertas y ventanas.
  • Cubierta de teja curva.