El Hierro, La Palma, La Gomera, Tenerife, Gran Canaria, Fuerteventura, Lanzarote...y La Graciosa. A las Islas Canarias le ha salido una nueva isla. La octava. El Senado ha aprobado este martes por unanimidad otorgar a La Graciosa la condición de isla, tras una iniciativa presentada por el PP que ha contado con el apoyo de los restantes grupos de la Cámara Alta.

La medida ha sido calificada como una "declaración histórica" por parte del senador del PP, Joel Delgado, quien se ha felicitado por la satisfacción de "las aspiraciones y reclamaciones que los gracioseros y las gracioseras llevan realizando desde hace años". A pesar de estar habitada, La Graciosa, una reducida isla de apenas 29 kilómetros cuadrados de superficie, tenía hasta ahora la condición de islote, dependiente administrativamente de la isla de Lanzarote.

Ahora y cinco años después de que un movimiento popular iniciara los trámites para lograr su reconocimiento como isla -la cuarta de la provincia de Las Palmas-, los 750 habitantes de La Graciosa podrán disfrutar de un nuevo estatus que se espera que le permita "alcanzar mayores cuotas de autogobierno", según sugirió el propio Delgado, original de Lanzarote.

Con apenas 29 kilómetros cuadrados de superficie, La Graciosa cuenta con unos 750 habitantes

Con una altura máxima de 266 metros de altura y sin ningún tipo de carreteras asfaltadas, La Graciosa suele ser una visita casi obligada para los miles de turistas que visitan cada año Lanzarote, con su consiguiente impacto ambiental. "Hay problemas de turismo, de movilidad, de gestión de residuos, energías, actividad ganadera. Hay que compatibilizar de una manera importante y clara los intereses ambientales y de los habitantes", ha denunciado el socialista Julio Cruz, quien reclamó que se apoye a la isla no solo en su condición de lugar habitado, sino también con una mejora de la protección ambiental.

En cualquier caso, no se espera que la declaración de La Graciosa como la octava isla canaria -que ya contaba con el voto a favor del propio Parlamento de Canarias- signifique a corto plazo que se vaya a desligar del municipio lanzaroteño de Teguise, al que permanece asociada, ni mucho menos que vaya a contar con un Cabildo propio, como las restantes islas, sino que de inicio se apuesta por tener la consideración de pedanía, con opción de gestionar los recursos públicos propios.

Pero nada de esto cambia que desde este martes supone el nacimiento oficial de La Graciosa como isla y Canarias da así la bienvenida a un nuevo -aunque conocido- miembro de su nómina insular.