Cefalea

dolor o molestia localizadas en cualquier parte de la cabeza
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El término cefalea (del latín cephalaea, y éste del griego κεφαλαία, de κεφαλή, cabeza) hace referencia a los dolores y molestias localizadas en cualquier parte de la cabeza, en los diferentes tejidos de la cavidad craneana, en las estructuras que lo unen a la base del cráneo, los músculos y vasos sanguíneos que rodean el cuero cabelludo, cara y cuello. En el lenguaje coloquial cefalea es sinónimo de dolor de cabeza.[1]

Cefalea
(nombre de síntoma)

Los dolores de cabeza (Kopfschmerzen) pintura de George Cruikshank (1819).
Especialidad neurología
eMedicine neuro/517
Sinónimos
  • Cefalalgia
  • Dolor de cabeza

La cefalea es un síntoma muy frecuente, se estima que en los países occidentales la presenta al menos una vez al año el 50% de la población, aunque solamente el 20% ha presentado cefalea intensa en alguna ocasión a lo largo de su vida.[2]

Si bien el dolor de cabeza es un trastorno generalmente benigno y transitorio que en la mayor parte de las ocasiones cede espontáneamente o con la ayuda de algún analgésico, puede estar también originada por una enfermedad grave que ponga en peligro la vida de la persona.

Clasificación y etiología

La cefalea en realidad es un síntoma que puede estar originado por una interminable lista de causas. La Sociedad Internacional de Cefaleas (International Headache Society IHS) publica una clasificación actualizada periódicamente, en la cual se explican de forma detallada los distintos orígenes de está afección.

Cefaleas primarias

 
La cefalea en racimos (The Cluster Headache) dibujo de JD Fletcher.

Suponen en torno al 78% de las cefaleas, tienden a no ser graves, aunque el dolor puede ser muy intenso:

  • Migraña. Es una cefalea muy frecuente, afecta entre el 12 y el 16% de la población mundial. Produce ataques de dolor intenso, que de forma característica afecta solo a la mitad derecha o izquierda de la cabeza, y se acompaña de náuseas, vómitos y sensación pulsátil.[3]
  • Cefalea tensional: Es la más frecuente. El dolor se presenta en toda la cabeza de manera regular. La sensación es que algo aprieta el perímetro de la cabeza. Suele producirse por contracturas musculares o estrés. Mejora mucho con la actividad física y la relajación. Es un dolor opresivo en banda que abarca todo el perímetro del cráneo. El tratamiento puede requerir medicación preventiva constante si los ataques son muy frecuentes, además del tratamiento del dolor agudo cuando este es muy intenso.[3]
  • Cefalea en racimos y otras cefalalgias trigémino-autonómicas: La cefalea en racimos es un tipo de dolor de cabeza extremadamente intenso, recibe otros muchos nombres, como Cluster Headache, cefalea histamínica y cefalea de Horton. Todas estas denominaciones son sinónimos y pueden emplearse indistintamente. En este apartado se incluye también la hemicránea paroxística que es muy poco frecuente.[3]
  • Otras cefaleas primarias: Se incluyen varios subtipos, entre ellos la cefalea asociada a la actividad sexual, la cefalea benigna por tos, la cefalea benigna por ejercicio y la cefalea hípnica.[4]

Cefaleas secundarias

Son aquellas que están provocadas por una enfermedad conocida. Pueden deberse a enfermedades muy diversas y se dividen en los siguientes grupos:[5]

Neuralgias craneales y dolor facial central y primario y otras cefaleas

  • Neuralgias craneales y causas centrales de dolor facial. Incluye la cefalea por neuralgia del trigémino, por neuralgia del nervio glosofaríngeo y la cefalea por estímulos fríos o "cefalea del helado".
  • Otros tipos de cefalea, neuralgia craneal y dolor facial central o primario. Incluye todas aquellas cefaleas que no pueden encuadrarse en ninguno de los apartados anteriores.

Patogenia

Los mecanismos que producen las cefaleas son diferentes según el tipo de la misma:[9]

  • Espasmo o inflamación de los músculos de la cabeza y el cuello.
  • Distensión, tracción o dilatación de los vasos sanguíneos de la cabeza, incluyendo las arterias y venas tanto del interior del cráneo como externas al mismo.
  • Inflamación, compresión o tracción de los nervios sensitivos craneales.
  • Irritación de las meninges en la cefalea de la meningitis por ejemplo.
  • Hipertensión intracraneal. Es decir aumento de la presión del líquido cefalorraquídeo en el interior del cráneo.

Puede ser una manifestación de la enfermedad de Wernicke.

Diagnóstico

El diagnóstico médico se basa en tres pilares: Historia clínica, exploración del paciente y pruebas complementarias.

Historia clínica

Es importante conocer los siguientes datos, que nos ayudarán a reconocer el tipo de cefalea y su etiología:

  • Sexo, edad, hábitos, profesión, antecedentes personales y familiares. También la edad de inicio de la cefalea, su evolución y periodicidad.
  • Presencia o ausencia de pródromos, características del dolor, duración, frecuencia y localización.
  • Síntomas acompañantes, como náuseas, vómitos o fiebre.
  • Respuesta al tratamiento.

Exploración física general y neurológica

La exploración orienta al profesional sanitaria sobre el tipo de cefalea que presenta el paciente. Dependiendo de los síntomas acompañantes, el tipo de dolor, la edad y los antecedentes pueden ser necesarias diferentes tipos de exploraciones, se citan algunas de las que se emplean más habitualmente:

Exámenes complementarios

El médico puede recomendar la realización de diferentes pruebas complementarias en casos seleccionados, en muchas ocasiones los datos principales provienen del interrogatorio y de las características localización e intensidad del dolor. Es usual la solicitud de estudios analíticos, entre ellos el hemograma, la VSG y la PCR.

También pueden solicitarse radiografías de cráneo y columna cervical si se sospecha sinusitis o lesiones óseas y tomografía axial computarizada (TAC) o resonancia magnética nuclear (RMN) para estudiar con detalle el tejido cerebral y detectar estructuras anómalas como tumores cerebrales.

Signos clínicos de gravedad

 
Can't Concentrate: 14/365 fotografía de Sasha Wolff.

Los siguientes signos o síntomas pueden ser indicativos de procesos agudos o de mayor gravedad, por lo que obligan a un estudio más exhaustivo y específico:[10]

  1. Inicio brusco con dolor de gran intensidad, o bien durante el ejercicio, especialmente si la cefalea es de nueva aparición y muy intensa. Podría ser sugestivo de una hemorragia subaracnoidea.
  2. Curso progresivo, es decir aumento gradual en el transcurso de días o semanas. Puede indicar el crecimiento de una lesión ocupante de espacio, como un tumor cerebral.
  3. Inicio en la edad media de la vida, sobre todo si es de carácter progresivo.
  4. Cefalea acompañada por alteraciones del nivel de conciencia, signos meníngeos, convulsiones u otros signos neurológicos que hagan sospechar la existencia de un proceso grave.

Tratamiento

El tratamiento varía ampliamente según la causa y el tipo de cefalea. Las mejores opciones para tratar las cefaleas más comunes son los analgésicos como el paracetamol y los agentes antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) como la aspirina, el ibuprofeno y el naproxeno. Sin embargo es preciso tener en cuenta que estos fármacos no están exentos de efectos secundarios que en ocasiones son graves. Además el abuso de los mismos puede en determinadas circunstancias agravar el problema. Pueden utilizarse en casos de dolor de cabeza leve o moderado que ocurra ocasionalmente. En caso de cefalea intensa, frecuente o con alguno de los síntomas de alarma, debe consultarse siempre con el médico y evitar la automedicación.[11]

Véase también

Referencias

  1. Entrada de cefalea en el DRAE
  2. Año global contra el Dolor de Cabeza. Epidemiología del dolor de cabeza. Prevalencia Consultado el 1 de marzo de 2012
  3. a b c Titus F, Acarín N, Dexeus S. Cefalea. Ediciones Harcourt SA; 2000.
  4. Federico Micheli. Tratado de neurología clínica. 2002. Consultado el 1 de marzo de 2012
  5. Headache Classification Subcommittee of the International Headache Society (IHS). Clasificación internacional de las cefaleas (2ª edición). Cephalalgia 2004; 24(Suppl. 1):1-160.
  6. Lionetti E, Francavilla R, Pavone P, Pavone L, Francavilla T, Pulvirenti A, Giugno R, Ruggieri M (agosto de 2010). «The neurology of coeliac disease in childhood: what is the evidence? A systematic review and meta-analysis». Dev Med Child Neurol (Revisión Sistemática y Meta-análisis) 52 (8): 700-7. PMID 20345955. doi:10.1111/j.1469-8749.2010.03647.x. 
  7. Aziz I, Hadjivassiliou M, Sanders DS (Sep 2015). «The spectrum of noncoeliac gluten sensitivity». Nat Rev Gastroenterol Hepatol (Revisión) 12 (9): 516-26. PMID 26122473. doi:10.1038/nrgastro.2015.107. 
  8. Cámara-Lemarroy CR, Rodriguez-Gutierrez R, Monreal-Robles R, Marfil-Rivera A (2016). «Gastrointestinal disorders associated with migraine: A comprehensive review». World J Gastroenterol (Revisión) 22 (36): 8149-60. PMC 5037083. PMID 27688656. doi:10.3748/wjg.v22.i36.8149. 
  9. [M. Rufo-Campos: Fisiopatología de la migraña.]
  10. [ Patricia Belmonte Herrera, Sandra Bernal Durán: Cefaleas.] Rev Paceña Medicina de Familia, 2007; 4 (5); 55-60. Consultado el 1 de marzo de 2012.
  11. Arroyo Pineda V.: La cefalea en atención primaria. Boletín farmacoterapeútico de Castilla la Mancha, vol 3, nº 4. Consultado el 1 de marzo de 2012

Enlaces externos