Gracias a Maldita Tecnología (Fundación Maldita.es) por contar conmigo para hablar de un tema tan interesante como es la #IA y el reconocimiento de emociones. Los artículos pueden leerse aquí: 🗞 https://lnkd.in/ddrrdC6v 📰 https://lnkd.in/drtpAUz7 La comunicación no verbal ha sido durante años objeto de estudio desde diversas disciplinas, como la comunicación, la psicología y la investigación de las interacciones entre humanos y ordenadores. Los países más ricos han desarrollado una economía más compleja que los ha llevado a obtener riqueza y poder a partir de la información de personas físicas. Para mí, la proliferación del interés en este tipo de herramientas se explica por la capacidad que proporcionan para embridar ese poder. Estos sistemas se pueden usar para medir la eficacia de las tácticas de los negocios en captar la atención de sus clientes, y comprender cómo reaccionan a ciertos estímulos, para monitorizar la atención y concentración de los empleados o alumnos en sus tareas, evaluar cómo se ajustan a un ambiente de trabajo, o para medir la eficacia de las explicaciones de un profesor. Pero también podrían emplearse en un interrogatorio policial o judicial, o, instalando los sistemas en los coches, podría saberse si un conductor es más o menos agresivo al volante, y repercutir en el precio de su seguro. En el último borrador del reglamento de IA (#AIAct) que hemos podido conocer, se prohíben, entre otras, las técnicas subliminales que alteren de manera sustancial su comportamiento de un modo que provoque o sea probable que provoque perjuicios físicos o psicológicos. Sin embargo, será problemático en la práctica valorar la existencia y el grado de ese perjuicio.