Un equipo de expertos y científicos está trabajando en Isla de Pascua, para determinar los efectos que esta causando la falta de agua en el territorio insular, situación que mantiene preocupados a sus habitantes.

Un problema poco abordado y que no ha tenido la preocupación de las autoridades en el continente.

La antropóloga chilena, Andrea Seelenfreund, y un equipo de investigadores del cambio climático de la Universidad de Columbia de Estados Unidos, está investigando los efectos de la falta de agua que se puede producir en Isla de Pascua, una situación poco abordada dice la experta y que puede ser verdaderamente grave.

Seelenfreund explicó que “el problema más real y complejo de la isla es el de la falta de agua. Algo que afecta a la economía de la isla, pero también a la subsistencia básica de los isleños, es decir un asunto mucho más fundamental porque, claro, sin agua no hay turismo, pero tampoco hay vida”, según información recabada por BioBioChile.

Actualmente, el principal recurso líquido de la isla son los pozos subterráneos y el agua embotellada que viene del continente, para dar abasto a isleños y turistas. Al comparar el agua de hoy de Isla de Pascua con la de hace dos veranos atrás, la encontrarás más salobre dice la experta. La gente está prefiriendo tomar agua embotellada.

Para Camilo Rapu Riroroco, presidente de la comunidad Indígena Ma’u Henua, el problema con el vital elemento efectivamente se está transformando en una prioridad. Los efectos del calentamiento global y el cambio climático se estan notando -por ejemplo- en uno de los principales volcanes de la isla, que hasta hace poco era una reserva de agua dulce: el Rano Raraku.

Este tipo de investigaciones son un camino necesario antes de empezar a pensar en la catástrofe o en que no hay nada que hacer, por lo que para encontrar esas respuestas existe la ciencia, la investigación y también otro factor importante: la cultura de los isleños.

En ese sentido, Rapu Riroroko explica que se está trabajando en diversos frentes de investigación, primero para determinar las causas de la escasez de agua y posteriormente buscar alguna solución.

Por ejemplo, se ha pensado en una planta desalinizadora, sin embargo, los costos son demasiado altos para la isla, dice.

Los resultados de estas indagaciones podrían, a futuro, convertirse en políticas públicas dice la experta y su equipo de investigadores.

No obstante, más allá de esas políticas, hay medidas más abarcables a corto plazo, partiendo por reconocer que existe un problema y luego pensar en cómo aprovechar al máximo el escaso recurso, por ejemplo, con sistemas de acopio de aguas lluvias o tratamiento y reutilización de aguas servidas, entre otros.