En la carrera que España está corriendo contra el coronavirus, unos días más lento y otros más rápido, el país afronta desde este sábado una fase crucial con la declaración en todo el territorio del estado de alarma. Una situación de excepcionalidad, avanzada este viernes en una declaración institucional por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que un Consejo de Ministros extraordinario aprobará este sábado por la mañana.
Después de días en que las decisiones se han tomado con una asimetría entre comunidades, en función del número de contagiados, sin que se haya logrado evitar ni la expansión del virus ni tampoco los movimientos interregionales de los posibles afectados, el Gobierno opta por tomar el control absoluto.
El presidente explicó que estamos ante una "crisis extraordinaria" frente a la cual se van a "movilizar todos los recursos del Estado para proteger mejor la salud de los ciudadanos". "Recursos económicos y sanitarios, tanto públicos como privados, civiles y militares", citó.
El estado de alarma, según la Constitución, faculta al Ejecutivo para limitar la circulación o permanencia de personas o vehículos en horas y lugares determinados; practicar requisas temporales de todo tipo de bienes e imponer prestaciones personales obligatorias; intervenir y ocupar transitoriamente industrias, fábricas, talleres, explotaciones o locales de cualquier naturaleza, con excepción de domicilios privados; limitar o racionar el uso de servicios o el consumo de artículos de primera necesidad; e impartir las órdenes necesarias para asegurar el abastecimiento de los mercados y el funcionamiento de los servicios y de los centros de producción.
El decreto recogerá las medidas concretas adoptadas por el Gobierno que, según las fuentes consultadas, abordarán entre otros asuntos la unidad de acción sanitaria y el control de la movilidad por un periodo de 15 días. El Ejecutivo puede establecer un único mando sanitario para garantizar suministros. También, valerse del Ejército para limitar los desplazamientos.
Precedente, el caos aéreo de 2010
En 2010, en la crisis de los controladores aéreos, ya se usó al Ministerio de Defensa para militarizar el servicio y asegurar que se restablecía el tráfico. Pero en aquel momento, el único precedente que existe en la democracia española, el anuncio y su aprobación se produjeron a la vez y no como ahora, en que transcurre una diferencia de 24 horas.
El Gobierno argumenta que necesita este tiempo para perfilar las medidas y realizar los trámites administrativos, y que no es el momento de experimentar, sino de que las cosas no se hagan bien. No considera algo negativo que la población conozca con un día de antelación la declaración de estado de alarma.
Fuentes del Ejecutivo explican que se lleva madurando en el seno del Gobierno desde el jueves, 12 de marzo, por la tarde; que en ese momento había ministros más y menos partidarios, pero que este viernes por la mañana ya ninguno tenía dudas.
La razón de este cambio es "el pico de afectados de esas últimas 24 horas". El jueves, a las 13 horas, la cifra de contagiados era de 2.968. Este viernes, a esa misma hora, el número de personas contagiadas por el Covid-19 era 4.209.
El propio presidente en su comparecencia aseguró que no cabe descartar que la próxima semana lleguen a 10.000. La preocupación sigue siendo parar la propagación para que un contagio masivo no ponga en riesgo a las personas más vulnerables y colapso la atención hospitalaria.
Lo que marca la Constitución
Antes de comunicar la decisión a la población, Sánchez habló con el Rey, la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, y los líderes de los principales partidos. En la tarde de este viernes lo hizo con los presidentes autonómicos, con quien este sábado mantendrá un encuentro vespertino de forma telemática.
La Constitución regula que una vez que lo aprueba el Consejo de Ministros hay que comunicarlo al Congreso y reunirlo "inmediatamente al efecto". Sólo una autorización de la Cámara Baja podrá prorrogar el periodo inicial de 15 días.
El Gobierno cambia absolutamente el paso en la crisis del coronavirus y aunque Sánchez no descartó el estado de alarma el jueves, su "primer paquete" de medidas sanitarias y económicas estuvo por debajo de las expectativas.
Varios gobiernos autonómicos y diversos partidos de la oposición ya lo habían reclamado, y hasta Portugal, con una situación de mucha menos gravedad, lo hizo este viernes mismo.
"Primera fase del combate"
El jefe del Ejecutivo asumió públicamente que "estamos sólo en la primera fase del combate contra el virus" y pidió a las personas mayores y con enfermedades crónicas que "se protejan al máximo y eviten a toda costa los contactos y la exposición en espacios públicos".
También lanzó un mensaje a la población joven, que no sufre los estragos del virus pero que puede actuar como transmisora, para "mantener la distancia social". En un tono muy sobrio, dirigiéndose a los españoles como "compatriotas", reclamó seguir "a rajatabla" las recomendaciones.
El heroísmo ahora consiste en "lavarse las manos, quedarse en casa y protegerse a uno para proteger a los demás".
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